Los últimos acontecimientos cercanos al día de las elecciones nacionales, puso al descubierto la estratagema de un “Pacto a Puerta Cerrada” realizado entre corrientes neoliberales, conservadoras y fascistas. Este pacto se dio mucho antes de la renuncia de Añez a la candidatura presidencial.
El pacto se traduce en el
compromiso de las partes para administrar la cosa pública, es decir el Estado
desde los intereses particulares de sectores cívicos, políticos, agroindustriales,
élites policiales y mandos militares, con el apoyo del activismo clase-mediero
y racista de urbes y universidades.
Es por demás decirlo pero, materializar
el pacto, parte de declarar a Carlos Mesa vencedor de las elecciones
nacionales, antes del día de votación promoviendo análisis e hipotéticos
resultados que respalden el discurso mediático de su victoria. De hecho ya
estamos a un día o dos para que Carlos Mesa se declare ganador de las
elecciones, esto lógicamente si el pacto se materializa y uno de ellos no se
desmarca, es decir si Camacho no se desmarca y sigue el plan de acuerdo a lo
pactado.
Con la renuncia de Camacho y
Pumari a la candidatura presidencial y vicepresidencial, el círculo se cerraría
y el plan en esta etapa daría por cumplido. La opinión Pública declararía desde
los medios de comunicación a Carlos Mesa vencedor en Primera Vuelta, induciendo
hipotéticos resultados electorales con fuerza de movilización electoral en caso
de una victoria del MAS. Las elecciones no serían nada más que un procedimiento
bajo la amenaza del pacto cívico, policial, militar y partidista, para
justificar resultados emitidos desde el software electoral
Hábil jugada de la corriente
neoliberal y fascista boliviana, muy bien dirigida y bien camuflada. La unión
de estos grupos ya se habría dado hace más de dos meses pero, restaba superar
el problema de ese dicho que “hay sumas que restan”. En tema entonces no se
planteó como una alianza de fuerzas antimasistas o la mentada unidad, sino como
un proceso natural de suma de votos y renuncia racional de candidatos con menos
posibilidades.
Mesa desde el Pacto a Puerta
Cerrada acuerda acompañar en su Gestión
a la derecha más recalcitrante y racista de Bolivia y, para desencanto de sus
adeptos intelectuales, académicos y clase-medieros, estos ya son parte de los
planes y propósitos de las logias de poder. Es curioso y lo cierto es que desde
la audiencia de debates y peleas callejeras disfrazadas de moral cívica no se
intuyó este “Pacto a Puerta Cerrada” y menos se cuestionó.
Pero, hay algo que aún pone
nervioso al pacto neoliberal y fascista, ese algo se llama ambición desmedida y
desleal en Camacho y Pumari. Ellos ya están en tercer lugar y si bien pueden
cumplir el pacto con las cuotas de poder ofrecidas para esta etapa, no
descartan tanto Camacho como Pumari jugarse
a un mejor posicionamiento a futuro con representación parlamentaria en la
Asamblea Legislativa Plurinacional, aspecto que las otras alianzas ya
renunciaron.
Veamos que tanto puede la voz del
imperio para intervenir y definir esto a través de Reyes Villa, Rodríguez,
Quiroga, Murillo, Marinkovich, Valverde
y los otros; todos pidiendo a gritos de radio, televisión y Redes Sociales la
renuncia de Camacho, y el domingo sabremos que tanto pudieron en verdad haber
manipulado las visiones neoliberales y fascista induciendo la decisión del voto
en la fragilidad ideológica de la clase media urbana y la irracionalidad del
activismo racista.
Camacho participa en las elecciones el software de victoria electoral para Carlos Mesa no
aplicaría en la primera vuelta; si Camacho renuncia antes del jueves el
Software de la segundad vuelta aplica en la primera.
Santa Cruz, 13 de octubre de 2020Si