Ante los acontecimientos violentos del presente año y en particular los del 12 de febrero y las del domingo 12 y lunes 13 de octubre corresponde expresar un punto de vista que lleve el fundamento del respeto a la vida y los Derechos Humanos.
Imbuidos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y considerando que ninguna sociedad puede constituirse en sí, separado de razones que promuevan directamente la “NO-VIOLENCIA” con conciencia plena sobre la libre asociación y la pacífica coexistencia humana nos pronunciamos en contra de la Represión y atentado a la vida a la que, a nombre de “Preservación de la Democracia”, miembros del poder ejecutivo y órganos represivos del gobierno suponen respuesta acertada a las demandas de amplios sectores de obreros, campesinos, jubilados, maestros, gremialistas, etc.
No pronunciamos considerando que:
El Problema nunca fue “Dictadura o Democracia” y por lo tanto no es lícito que bajo el nombre de “Preservar la Democracia” se justifique la movilización desmedida de la FF. AA. y la Policía Nacional.
No existe ninguna razón en el mundo que justifique matar a un ser humano por lo que no encontraremos jamás una razón que justifique la actitud actual del Gobierno Boliviano de Sánchez de Lozada hacia el pueblo boliviano.
La implementación de la “Mano Dura” para resguardar el “Imperio de la Ley” enarbolada por algunos sectores de la Sociedad Boliviana es en alguna medida el respaldo social en el que se apoya el gobierno; en esa misma medida esa postura no ayudan a resolver pacíficamente el conflicto.
La Vida o la Muerte de seres humanos no puede someterse a juicios o conceptos de Nación, República o democracia, como tampoco es racional justificarla desde preceptos fascistas, nacionalistas, regionalistas, marxistas, socialistas y doctrinas que con claros objetivos de disputa del “PODER”, se mueven orientados por máxima maquiavélica de que “El fin Justifica los Medios”.
Algunas de las últimas decisiones del Poder Ejecutivo, tal como la exportación del gas previa consulta popular pudo haberse expresado antes de llegar a segar la vida de hombres, mujeres y niños bolivianos.
La causa más cercana a las acciones violentas no debe buscarse en las protestas y movilizaciones reivindicativas sin encontrar antes indicios de una disminución de la corrupción, baja en el índice de mortalidad, mejoras significativas en la educación y la salud, seguridad laboral y perspectivas de mejores días para los campesinos, pueblos originarios, trabajadores fabriles y demás sectores involucrados en los conflictos.
La vida humana no es mercancía que tenga su equivalente monetario, por ello es inhumano pensar que el dolor de la muerte pueda ser compensado indemnizando a familias con 2000 o 3000 dólares americanos.
La solución al conflicto, por último, es posible a estas alturas si el gobierno y la sociedad boliviana consideran que es necesario reconocer que se puede convivir respetando la libertad de ideas y creencias, reconociendo la diversidad personal y de culturas, esforzándose por construir una sociedad que haga prevalecer su naturaleza humana por encima de su razón política – económica.
Por la Asamblea de Derechos Humanos – San José de Chiquitos:
Gumersindo Viana Presidente
Carlos Lara Vicepresidente
Jhonny Espinoza Asesor Institucional
Por El Movimiento Humanista - Consejo 14 – San José
Carlos Lara Orientador (Consejo 14)
José Antonio Camposo Administrativo (Consejo 14)
San José de Chiquitos-Santa Cruz – Bolivia, 14 de octubre de 2003
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