Desde los comentarios y análisis ya difundidos y socializados a nivel nacional y regional, la batería de argumentos post referéndum autonómico dieron razones convincentes para concluir (post asamblea constituyente) que el más grande error del gobierno fue “no tirar las riendas del carro de las autonomías departamentales”.
Para desmenuzar y darle consistencia principista a este “supuesto error”, apelamos a acontecimientos que se pueden explorar desde la memoria inmediata, teniendo en cuenta las limitaciones de ella en cuanto a la precisión de datos, circunstancias y fechas, y sobre todo a las fuertes contradicciones que tuvieron que sortear los movimientos sociales, pueblos indígenas, asociaciones, sindicatos, federaciones, y otros sectores visibilizados desde el proyecto de cambio.
Ir especulando sobre el curso de acontecimientos para replantear críticamente, si la secuencia de hechos políticos y de transformación social – administrativa va ha seguir considerando que el presidente Evo Morales se equivocó en no haber realizado campaña a favor de las autonomías departamentales en miras al referéndum del 2 de julio del 2006, y como corolario de esto, si éste (supuesto) error ¿Sintetiza la pesada piedra que debió cargar durante el tiempo que duró la Asamblea Constituyente (de 6/08/06 a 14/12/07) y selló la causa de su “impopularidad” en las ciudades de los departamentos de Beni, Pando, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca, y en algún momento Cochabamba y la Paz?
Afianzamiento del estigma del error de Evo y del gobierno
El desborde de la conflictividad (Gobierno - Oposición) en torno a la autonomías fue cobrando cuerpo a partir de julio del 2006, al grado de que algunos miembros de las instituciones estatales, pensaron - a manera de generar las primeras bases para acuerdos posteriores en la Asamblea Constituyente - que la campaña y las propuestas de los candidatos a asambleistas por el MAS debían estar acompañada del SI al referéndum autonómico.
Cuando los prefectos de Cochabamba y el de La Paz desarrollan la idea de llamar a otro referéndum por las autonomías departamentales (posterior al referéndum del 2 de julio) el conflicto se posesiona en las zonas urbanas del eje central de Bolivia, y adquiere fuerza por el apoyo de las instituciones cívicas de La Paz, Cochabamba y Sucre. Esta expansión explica por si sola que oponerse a las autonomías departamentales era ir en contra de evolución administrativa del Estado y ponerse en el lado más conservador del centralismo. Ya la idea de la autonomía departamental, por su propia fuerza rondaba tibiamente entre cívicos de Oruro y Potosí.
Pero contrariamente a la percepción anterior, desde el SI a las autonomías departamentales en cuatro departamentos se empezó a instrumentalizar la visión de que las autonomías significaban exitosos emprendimientos, industrialización, valoración de la identidad regional y sobre todo modernidad y desarrollo. Mas tarde se acuñó la consigan de ¡Autonomía Ya¡ y con ella maduró la evidencia de que el aumento en la fuerza de la consigna a favor de las autonomías departamental iba en proporción directa al aumento del conflicto. La “Autonomía al andar” era la clara máscara consignataria de la toma de instituciones y desacato al orden institucional vigente. (Eso recién lo corroboramos ahora, pero ya se advertía desde la publicación del contenido del Estatuto Autonómico de Santa Cruz).
Es en esta linea de acontecimientos y visiones (magnificadas por la prensa) que se consolidad la idea de mostrar a Evo centralista y dictador, además de anticruceño, antitarijeño, antibeniano y los demás anti de los departamentos que estaban promoviendo nuevos referéndum autonómico.
Pese al ataque mediático Evo no pierde popularidad en los movimientos sociales y comunidades indígena campesina originarias, y recibe de estos (por el contrario) el permanente apoyo y el respaldo político para difundir la visión de las autonomías indígenas, provinciales y regionales.
Margen de movimiento político para oponerse a las autonomías departamentales
Hoy podemos observar nuevos datos que ayudan a desentrañar de manera más crítica el estigma del error de Evo.
En política e historia los errores y los aciertos deben ser juzgados y valorados a la luz de nuevos acontecimientos revelados por el presente y las tendencias al futuro. El pasado siempre es insuficiente para revelar nueva verdades relativas.
El supuesto “error de Evo y del gobierno”, (como conclusión curiosamente absolutizada), mas que resultado de un análisis objetivo, fue una suma mas de la necesidad política opositora que llamaba a posesionar (desde estrategias mediáticas) en el seno mismo de la comunidad cruceña la doble dicotomía de Andinocentrismo y autonomía-camba, a la que mecánicamente se arrimo la intelectualidad academisista (y tendenciosamente) la radicalidad regional del occidente y del oriente.
Mientras el proyecto opositor tomaba cuerpo y convertía a Santa Cruz en su centro de operaciones, entre los activistas del occidente se expandía y difundía una oposición a la oligarquía cruceña y su proyecto de reorganización vía autonomía. En primer logro de la reorganización oligarca se posesionó en la clase media que rápidamente se convenció (y con toda razón) de que la autonomía (como profundización de la Ley de descentralización) era:
· Una opción administrativa que evitaría trámites burocráticos y desarrollaría situaciones más ventajosas en razón al principio de la cercanía frente a la lejanía. (Es preferible un trámite en el mismo lugar que tener que desplazarse casi 1000 km. para hacerlo). La autonomía para Santa cruz, en esa mirada era indiscutiblemente mejor que cualquier tipo de administración centralizada en La Paz.
· La administración directa de sus impuestos y las regalía departamentales para cubrir las necesidades de la región y sus pobladores. Los gobiernos departamentales ya no serían objeto de la censura y control desmedido por parte centralismo.
· El reclamo crítico y legítimo de una “identidad” (instrumentaliza por los grupos de poder cruceño) que al transculturizarse con el andinocentrismo sentía perder (erróneamente) su protagonismo político en su propia tierra.
A los tres puntos anteriores no habría porque oponerse, pues están dentro los marcos racionales, tolerables y desafiantes para cualquier gestión gubernamental que presuma de liberal y progresista. ¿A esto se oponía Evo Morales?
¡Es claro que no! Pero de hecho existió siempre un margen de oposición. Es casi posible que Evo Morales por mucho tiempo evadiera este análisis y que su comprensión de las autonomías departamentales, o iba por otro lado o tenía susceptibilidades fuertes con el proyecto de los cívicos y los prefectos de la media luna. De no ser así, hubiese sido fácilmente seducido por esta mirada de autonomía.
Evo Morales tuvo que tener motivos más fuertes como para oponerse a las autonomías departamentales.
¿Cuáles entonces eran los argumentos por los cuales Evo Morales se oponía a las autonomías departamentales?
El desborde de la conflictividad (Gobierno - Oposición) en torno a la autonomías fue cobrando cuerpo a partir de julio del 2006, al grado de que algunos miembros de las instituciones estatales, pensaron - a manera de generar las primeras bases para acuerdos posteriores en la Asamblea Constituyente - que la campaña y las propuestas de los candidatos a asambleistas por el MAS debían estar acompañada del SI al referéndum autonómico.
Cuando los prefectos de Cochabamba y el de La Paz desarrollan la idea de llamar a otro referéndum por las autonomías departamentales (posterior al referéndum del 2 de julio) el conflicto se posesiona en las zonas urbanas del eje central de Bolivia, y adquiere fuerza por el apoyo de las instituciones cívicas de La Paz, Cochabamba y Sucre. Esta expansión explica por si sola que oponerse a las autonomías departamentales era ir en contra de evolución administrativa del Estado y ponerse en el lado más conservador del centralismo. Ya la idea de la autonomía departamental, por su propia fuerza rondaba tibiamente entre cívicos de Oruro y Potosí.
Pero contrariamente a la percepción anterior, desde el SI a las autonomías departamentales en cuatro departamentos se empezó a instrumentalizar la visión de que las autonomías significaban exitosos emprendimientos, industrialización, valoración de la identidad regional y sobre todo modernidad y desarrollo. Mas tarde se acuñó la consigan de ¡Autonomía Ya¡ y con ella maduró la evidencia de que el aumento en la fuerza de la consigna a favor de las autonomías departamental iba en proporción directa al aumento del conflicto. La “Autonomía al andar” era la clara máscara consignataria de la toma de instituciones y desacato al orden institucional vigente. (Eso recién lo corroboramos ahora, pero ya se advertía desde la publicación del contenido del Estatuto Autonómico de Santa Cruz).
Es en esta linea de acontecimientos y visiones (magnificadas por la prensa) que se consolidad la idea de mostrar a Evo centralista y dictador, además de anticruceño, antitarijeño, antibeniano y los demás anti de los departamentos que estaban promoviendo nuevos referéndum autonómico.
Pese al ataque mediático Evo no pierde popularidad en los movimientos sociales y comunidades indígena campesina originarias, y recibe de estos (por el contrario) el permanente apoyo y el respaldo político para difundir la visión de las autonomías indígenas, provinciales y regionales.
Margen de movimiento político para oponerse a las autonomías departamentales
Hoy podemos observar nuevos datos que ayudan a desentrañar de manera más crítica el estigma del error de Evo.
En política e historia los errores y los aciertos deben ser juzgados y valorados a la luz de nuevos acontecimientos revelados por el presente y las tendencias al futuro. El pasado siempre es insuficiente para revelar nueva verdades relativas.
El supuesto “error de Evo y del gobierno”, (como conclusión curiosamente absolutizada), mas que resultado de un análisis objetivo, fue una suma mas de la necesidad política opositora que llamaba a posesionar (desde estrategias mediáticas) en el seno mismo de la comunidad cruceña la doble dicotomía de Andinocentrismo y autonomía-camba, a la que mecánicamente se arrimo la intelectualidad academisista (y tendenciosamente) la radicalidad regional del occidente y del oriente.
Mientras el proyecto opositor tomaba cuerpo y convertía a Santa Cruz en su centro de operaciones, entre los activistas del occidente se expandía y difundía una oposición a la oligarquía cruceña y su proyecto de reorganización vía autonomía. En primer logro de la reorganización oligarca se posesionó en la clase media que rápidamente se convenció (y con toda razón) de que la autonomía (como profundización de la Ley de descentralización) era:
· Una opción administrativa que evitaría trámites burocráticos y desarrollaría situaciones más ventajosas en razón al principio de la cercanía frente a la lejanía. (Es preferible un trámite en el mismo lugar que tener que desplazarse casi 1000 km. para hacerlo). La autonomía para Santa cruz, en esa mirada era indiscutiblemente mejor que cualquier tipo de administración centralizada en La Paz.
· La administración directa de sus impuestos y las regalía departamentales para cubrir las necesidades de la región y sus pobladores. Los gobiernos departamentales ya no serían objeto de la censura y control desmedido por parte centralismo.
· El reclamo crítico y legítimo de una “identidad” (instrumentaliza por los grupos de poder cruceño) que al transculturizarse con el andinocentrismo sentía perder (erróneamente) su protagonismo político en su propia tierra.
A los tres puntos anteriores no habría porque oponerse, pues están dentro los marcos racionales, tolerables y desafiantes para cualquier gestión gubernamental que presuma de liberal y progresista. ¿A esto se oponía Evo Morales?
¡Es claro que no! Pero de hecho existió siempre un margen de oposición. Es casi posible que Evo Morales por mucho tiempo evadiera este análisis y que su comprensión de las autonomías departamentales, o iba por otro lado o tenía susceptibilidades fuertes con el proyecto de los cívicos y los prefectos de la media luna. De no ser así, hubiese sido fácilmente seducido por esta mirada de autonomía.
Evo Morales tuvo que tener motivos más fuertes como para oponerse a las autonomías departamentales.
¿Cuáles entonces eran los argumentos por los cuales Evo Morales se oponía a las autonomías departamentales?
Instrumentalización de las autonomías
El empresariado cruceño para instrumentalizar la fe de la gente hacia las autonomías y aminorar las diferencias históricas de la lucha de clase y las diferencias de desarrollo económico regional, manejó el slogan de “Igualdad hacia arriba” algo así como “seamos ricos todos y no seamos todos pobres”.
Cuando mas avanzaba la Asamblea Constituyente, y cuando la demanda autonómica como discurso de instrumentación no pudo pararla, entonces las fuerzas prefecturales y cívicas reaccionarias no dejaron de aprovechar cualquier contradicción para contrarrestarla, pero siempre ligada a la bandera de la autonomía departamental, incluso la demanda de la capitalidad plena y “recuperación del IDH”
Si bien el soporte básico de la rearticulación opositora fue la demanda de autonomía departamental, poco a poco, el intento por recuperar el poder a nivel nacional encontró al frente la barrera del creciente apoyo de la población hacia las políticas gubernamentales,
Las fuerzas aliadas de la oposición descuidaron fortalecer los argumentos que les había permitido crecer, y sin quererlo sacaron a luz, desde la difusión del Estatuto Autonómico, sus primeras debilidades en la construcción de imaginarios que potencien la democracia y el acuerdo normativo. Y marcaron irresponsablemente su caída el momento en que se atacó abiertamente el orden normado.
Los estatutos autonómicos y la convocatoria al referéndum del 4 de mayo del 2008, no fueron su mejor cálculo, pero fue el mejor intento por recuperar de manera inmediata (sin esperar las próximas elecciones nacionales) el poder en la región.
Evo: Oposición a las autonomías departamentales y apoyo a las autonomías indígenas
Se debe dejar a un lado la existencia de un supuesto entorno que influía fuertemente en Evo Morales en su percepción sobre las autonomías departamentales. Nadie puede dudar que fuera tema de fuertes discusiones y debates con sus ministros, el vicepresidente y su entorno institucional, pero suponer que esto le hayan llevado a imponerle una decisión final… No es un buen argumento
Evo Morales es un político que no perdió el contacto con las masas y eso siempre le permitió conocer sus posibilidades de crecimiento, y tampoco dejó a un lado su fe en sus creencias, en sus intuiciones y sobre todo siempre creyó más en el, que en el consejo o el llamado mismo del compañero.
Ensayamos en puntear las siguientes apreciaciones (propias y sin consejeros de por medio) que pudo haber tenido Evo Morales para oponerse a las autonomías departamentales:
· Intuyó (al menos) que las autonomías departamentales eran solo slogan y estandarte de lucha de las logias del poder cruceño para no perder sus privilegios.
· Estaba convencido de que era el recurso de la oligarquía cruceña para proteger la tenencia ilegal de extensiones de la tierra en la amazonía boliviana y mantener los beneficios que de ella (y en ella) extraen.
· No tenía duda que la demanda de autonomía departamental era el recurso político y el proyecto neoliberal de las transnacionales y del imperialismo norteamericano.
Estas entre las más relevantes.
Y aun así podía haber hecho campaña por el SI (a las autonomías departamentales) con la idea de contrarrestar políticamente, pero no lo hizo y mantuvo su postura de oposición a las autonomías departamentales hasta que…la Asamblea constituyente en mandato a los resultados del referéndum autonómico incluyó en el texto constitucional (en la tercera parte) las autonomías departamentales junto a las autonomías regionales, municipales e indígenas originarias campesinas.
Después del 10 de agosto del 1008 (Referéndum Revocatorio), con el apoyo mayoritario de la comunidades y los movimientos sociales, se convence de que las autonomías indígenas originarias cobran cuerpo y fuerza en magnitud semejante, (y tal vez por encima) a la propuesta de autonomía departamental, por fin expone su primer acercamiento de aceptación bajo la consigna de entrar a las autonomías departamentales desde la legalidad y vigencia de la propuesta del nuevo texto constitucional.
¿Es la propuesta del texto constitucional la que le lleva a aceptar las autonomías departamentales?
En parte si, pero vayamos terminando estos pasos especulativos afirmando con alta certeza que Evo Morales no se equivoco al no hacer campaña a favor de las autonomías departamentales y no se equivocó al no negociarla.
Nos apoyamos en los siguientes resultados en torno al proceso constituyente:
· El MAS tuvo una mayoría de constituyentes en las elecciones del 2006 y fue protagonista principal en la redacción del texto constitucional.
· En el referéndum revocatorio tuvo el voto de confianza de más de 2/3 de la población que dio su voto válido.
En concreto su gestión fue de gusto de las mayorías. (¿Es esto equivocarse?) Bajo un espectro político donde la agenda deliberativa estuvo marcada por la defensa y aplicación de las autonomías departamentales.
Olfato del caudillo
Las construcciones estratégicas en la lucha por el poder de los guerreros, de los caudillos y de los líderes son inexplicables en el momento de su aplicación y se hacen insuficientes todos los mecanismos y herramientas de investigación científica para afirmar categóricamente el acierto o el error de una determinación (previa a la aparición de los resultados o de consumado el proceso estratégico a la toma o ejercicio del poder). Los medios o etapas intermedias (por si solos) no explican el fin de una gestión, aunque el fin nos tiene que llevar necesariamente a interpretar y desmenuzar los medios.
Los resultados políticos a 30 meses de gestión gubernamental (enero 2006 – agosto 2007) muestran una aceptación y crecimiento electoral jamás visto hasta ahora en nuestra historia, de hecho superó el voto obtenido por Rene Barrientos Ortuño el 3 de julio del 1966 que llegó al 61.6 %. (Mesa Carlos: 630. 1997), pero esto no explica claramente las razones que primaron para voto a favor de Evo Morales y Álvaro García. No es suficiente (como lo hace la reacción cruceña) explicar este fenómeno desde el “reparto de dinero a los municipios” o desde el absurdo de atribuirle el mérito a un supuesto fraude.
De principio estamos obligados a plantearnos dos preguntas, ¿Si Evo Morales apoyaba desde el 2006 abiertamente a las autonomías departamentales hubiese obtenido el 67 % de apoyo en el referéndum Revocatorio? Si alguien piensa que en ese caso no se hubiese llegado al extremo de llevar adelante un Referéndum Revocatorio, es posible que así pudiese haber sido, pero eso significaría la subordinación del líder a los dictámenes de las logias de poder cruceño. (Solo veamos lo que está pasando en Sucre con Sabina Cuellar) Evo Morales no tiene el perfil de líder que se hace cómplice (por lo menos hasta ahora, mas aun bajo la tutela de Hugo Chávez y Fidel Castro) de un plan que fortalezca a las logias cruceñas sin antes consolidar las bases de un poder popular.
El líder del MAS, desde su pragmatismo (mas que por análisis científico, mas que por desgloses metodológicos y rigurosos) puede que haya llegado a tomar la decisión de no apoyar a las autonomías departamentales en tanto no se posesionen las autonomías indígenas y sobre todo los movimientos sociales no construyan mecanismos de poder y control social.
Apoyar las autonomías departamentales, el 2006 y el 2007, (desde lo que se ve ahora que son y representan), hubiese sido el mayor error de Evo Morales y sería el puente que la burguesía nacional e transnacional esperaban para consolidar el aborto prematuro de la revolución democrática y cultural y de la Asamblea Constituyente. En un discurso Álvaro García recalcaba que se tenía el gobierno pero no el poder. Esta afirmación puede representar la confesión objetiva para que Evo Morales y García Linera cierren filas a negar todo apoyo que lleve a consolidar las autonomías departamentales sin antes consolidar poderes populares y potenciar políticamente a los movimientos sociales y pueblos y naciones indígenas originarias campesinas. (En este orden solo a la prefecta Sabina Cuellar se le puede ocurrir aliarse y ponerse a la orden los representantes y divulgadores del sistema de dominación neocolonial)
La negación de Evo Morales a sumarse (o ser cola) al “carro de las autonomías” departamentales debe entenderse como el no apoyo a un proyecto de la oligarquía y grupos de poder cruceño; debe entenderse (en contraposición) como la incorporación a la administración estatal a unidades políticas y territoriales de los pueblos indígenas. Eso desde ningún punto de vista puede considerarse un error, es por el contrario la visión no socializada al pueblo, pero que sintetiza los cambios históricamente postergados y demandados por los explotados, oprimidos y clases medias empobrecida de Bolivia y de América Latina.
El error divulgado ahora deja de ser tal, y se descubre como acierto histórico al mostrar en los hechos la visión del:
· Luchador sindical que prioriza el bien colectivo y corporativo al bien individual
· Del activista cocalero que al enfrentamiento político militar que defiende los interese imperialistas, antepone los intereses de la nación..
· Del guerrero indígena que vive las secuelas de años de opresión y explotación colonial a la que fueron sometidos los pueblos americanos y naciones americanas por parte de España, Inglaterra y Norteamérica.
Poder popular Vs. poder logiero
El periodo post referéndum revocatorio es sintomático de la llegada del Poder Popular construido con una ciudadanía desperjuiciadas del proyecto político partidista y con visión de una nueva institucionalidad como propuesta, aplicación directa y praxis de lo que vendrá a ser la nueva normativa del Estado Boliviano a través de la propuesta de la Constitución Política del Estado.
Las autonomías departamentales también tienden a desprenderse del proyecto de los grupos secretos de poder cruceño y en esa medida estos grupos buscan entroncar una propuesta federalista y ensayan nuevas alternativas desde las experiencias del mundo europeo. (de nuevo ingresan una etapa de desconcierto)
La profundización de la democracia por la vía de elecciones de consejeros departamentales, prefectos y subprefectos, son (en los hechos) autonomías regionales, departamentales, municipales y regionales que se destetan de la burguesía para ser instrumentos de cambio a la superación de las necesidades reales y visiones de las mayorías populares y pueblos indígenas campesino originarios. La autonomía puede ahora empezar a fortalecerse desde su propia concepción de administración estatal y dejar a un lado su contenido de dominación clasista o elitista.
Las autonomías están apenas empezando a construirse y a diseñarse con participación mayoritaria y con el desafío de determinar las unidades territoriales básicas de las autonomías en un Etadoi Plurinacional
Conclusión sobre el error de Evo.
Morales y el gobierno (en el tema de las autonomías departamentales) no se equivocaron al no hacer campaña por el SI para el 2 de julio, y tampoco se equivocaron al proponer implementarla después de aprobada la propuesta de nueva Constitución Política del Estado.
Sin embargo la radicalidad cruceña junto al CONALDE empiezan a bloquear caminos, tomar instituciones y esto en definitiva ya no es componente democrático de la demanda por la autonomía, es en definitiva sedición. Es el recurso y la construcción política que ya se escuchaba los primeros días del ascenso de Evo Morales, pero que la sociedad se limito a intuir sin analizarla, y que la prensa reaccionaria se preocupó por alimentarla a diario.
Hoy Evo Morales y el Gobierno tiene la oportunidad y la responsabilidad de exponer ante la comunidad su interés y el esfuerzo que demanda ir por el camino de las autonomías incluyentes, y la población deberá entender que el debate normado y pacífico tiene que ir definiendo las unidades territoriales autónomas como nueva base de la estructura estatal naciente.
Por otro lado, la oligarquía más que crecer, se unificó. Hoy atacan en bloque pero van perdiendo campo dentro el juego democrático, esto en definitiva es mostrar capote rojo al toro si ser torero a sabiendas que el toro no quier entrar al centro del coliseo.
Las autonomías indígenas originarais campesinas, regionales y provinciales van ganando el derecho de piso, a ser tomada en cuenta, mientras las autonomías departamentales desde la visión mas reaccionaria se comprimen para aumentar su peso específico en la acción de violencia política.
La violencia generada en las provincias en algún momento va a cobrarle factura a los proyectos departamentales reaccionarios y empezar mirar adelante con ojos de la propuesta de la nueva Asamblea Constituyente.
Santa Cruz, 6 de septiembre de 2008
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