Por Carlos Alejandro Lara Ugarte
Pasado los enfrentamientos
políticos de las jornadas y sesiones de la Asamblea Constituyente, a la fecha
(2006 - 2014), la opinión pública y los medios de comunicación especularon bastante
sobre los enfrentamientos en el campo político, económico, social y hasta militar
entre los viejos grupos de poder y las fuerzas del cambio. Se especuló sobre
tópicos referidos a las causas de estos enfrentamientos su desenlace y necesariamente sus repercusiones.
Debates
especulativos mediáticos (sin duda nutridos y hasta rigurosos) que no fueron
más allá de lo que sus ojos quisieron ver, al grado que se obvió en muchos
casos el análisis objetivo que lleve a los estrategas o asesores de la
oposición a contextualizar e identificar los errores y debilidades de las fuerzas opositoras (a Evo
Morales), en el pasado inmediato y en el presente.
Desde ese
mundo especulativo y mediático los opositores al proceso de cambio asumieron
como victoria sus derrotas y llamaron traición a la desmovilización de sus
cuadros más radicales además de otras situaciones que las disfrazaron de
diversas maneras.
Son este
conjunto de hechos los que pesan a la hora de entender la correlación de
fuerzas electorales y percibir el bajo caudal electoral que las fuerzas
contrarias al Movimiento Al Socialismo (MAS) registrarán en las elecciones de
2014.