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martes, 5 de noviembre de 2024

ACERCAMIENTO A LA CRISIS ECONOMICA EN BOLIVIA

 

Por Carlos Augusto A. Lara Ugarte

La subida de precios de los artículos de la canasta familiar puede ser entendida, interpretada o analizada desde concepciones de la economía mercantil o desde concepciones de una economía planificada, esta última entendida como una economía regulada por el Estado tanto en las variables económicas como en el control de precios y volúmenes 

Es pertinente entonces aclarar que ambas concepciones, si se trata de ajustar a la gestión Pública y estratégica del actual gobierno en el Estado Plurinacional,  siempre se ajustan de manera compleja a un programa político y una forma de gobierno, por ello a pesar de que muchos políticos y economistas prefiere obviar las vigencia de la lucha de clases y el antagonismo generada en las relaciones de producción capitalista y socialista, nos vemos en la necesidad de hacerla evidente de manera implícita desde una lectura  e interpretación parcial de la mercancía bajo el enfoque desarrollado por Carlos Marx en El Capital   

Carlos Marx cuando aborda el tema de la “Metamorfosis de la mercancía” en el Tomo I de El Capital analiza los aspectos que se contradicen en el proceso de cambio de las mercancías,

Para ilustrar el tema en cuestión. pensemos en el cambio o trueque de un Kilogramo de carne de pollo por dos kilos de tomate, o un cuaderno de 100 hojas por medio kilogramo de tomate o un cuarto kilogramo de carne de pollo, esto nos plantea una equivalencia de trabajo promedio socialmente incorporado a una mercancía. Pero desde la relación anterior si asumimos desde el ejemplo que expone Marx con el trabajo de Robinsón,  la carne de pollo, los tomates y los cuadernos al ser resultado del trabajo trasformador de una misma familia o en el caso de Robinsón, de un único esfuerzo, es claro que la equivalencia no será ni siquiera planteada, no será de utilidad alguna para establecer equivalencias,  esto en razón a que no será intercambiada entre un productor y un consumidor, por tanto estos productos no serán nunca entendidos como mercancías, es decir que; en tanto un producto del trabajo humano solo tenga un valor de uso no es mercancía y si aún a ellos se le confiera un valor de cambio aun así no será entendida como mercancía mientras no llegue a un consumidor a través de un proceso distinto al trueque o a la distribución si en caso se da desde una producción colectiva o de economía planificada.

Entonces en una sociedad mercantil, el producto del trabajo humano asume la forma mercancía no desde la forma de valor de uso, sino desde su valor de cambio o solamente valor, desde las relaciones mercantiles establecidas entre productos a través de un equivalente monetario. Un tomate, un pollo, cuaderno u otro producto se hace mercancía si se los relaciona desde equivalencias monetarias, y cuando el producto se proyecta como si fuese el carácter material de las mercancías y no el del trabajo social; en cierta manera se tendría que asumir que en la sociedad mercantil el trabajo misteriosamente desaparece o se esfuma cuando el producto adquiere el valor de cambio. La sociedad mercantil no considera el trabajo como fuente de riqueza, sino que considera a la mercancía como la riqueza, al grado que sin incorporar trabajo real y con el objeto de generar riqueza desde una mercancía el valor de cambio de esta mercancía puede ser presentada con un equivalente aumentado. El kg. de pollo sube de precio en razón de unas pocas horas, no por el trabajo incorporado sino por la construcción y cálculo artificial de nuevos equivalentes y que políticamente puede tener finalidades políticas concretas

Un comunario que asume en su cotidianidad la crianza de gallinas para su consumo no tendrá el efecto perverso del mercado, así mientras su gallina no lo convierta en equivalente monetario y no lo enajene vendiéndolo a un consumidor final la gallina solo tendrá valor de usos y de ninguna manera valor de cambio, es decir no será una mercancía en sí misma. El momento de consumirlo la distribución de la gallina será en función a las necesidades y capacidades relativas de cada integrante de la familia

Ampliando el ejemplo a una comunidad, siempre pensando en que el trabajo para crear productos con valor de uso, en este caso los productos obtenidos por el trabajo colectivo de una comunidad, tendrán que ser distribuidos y esto será en razón al Plan social de trabajo, de necesidades y tiempo incorporado por cada uno de los miembros. “El carácter de esta distribución variará según el carácter especial del proceso del propio organismo social de producción y con arreglo al nivel histórico de los productores” (El capital Pág. 46), pero esto no ocurre cuando el producto asume la forma mercancía, que entre otras cosas la mano de obra y el trabajo adquieren un valor de cambio y por ende se enajena hacia la mercancía.

En el Estado Plurinacional de Bolivia el pluralismo económico expuesto en la CPE refiere a cuatro formas de organización economía, una de ellas centrados en la prioridad mercantil – capitalista y los otros en la prioridad del trabajo para crear bienes con valor de uso, con excedentes expuestos al mercado centrados en la planificación comunitaria y distribución equitativa de los productos.  La primera es de la forma de organización económica Privada y las otras tres son la forma de organización económica Comunitaria y Social Cooperativa y Estatal pero principalmente la Estatal fue pensada para lograr el bien común y colectivo de las comunidades y los sectores más desprotegidos en la economía de mercado, y en ello radicaba el apoyo que reza la CPE y el Modelo de Economía Social Comunitaria Productiva. Pero también estas formas de organización económica fueron concebidas para complementarse y sustentar el conjunto del pluralismo económico y viceversa, es decir que toda política pública debió fortalecer estas formas de economía no mercantilizada en su sustancia, con la finalidad de mitigar las políticas deshumanizadas, de pongueaje, explotación y perversa aprovechamiento de los recursos naturales que el sistema capitalista beneficia y otorga a las clases y sectores de alto y mediano poder económico.

Volviendo a la lectura de El Capital, Marx afirma que “…el proceso de cambio de las mercancías encierra aspectos que se contradicen y excluyen entre sí”, Buscando estas contradicciones nos acercamos a identificarlas en los procesos de compra y venta de mercancías.

Una persona compra una mercancía (1 Kg de Pollo), y a cambio el consumidor de la mencionada mercancía, le dará una cantidad determinada de dinero (Bs. 18) a quien no concibe esa mercancía como un valor de uso.

La primera contradicción que identificamos es que el Kg de pollo en manos del vendedor tiene un valor de cambio, pero no tiene valor de uso, y para el comprador tiene un valor de uso posterior al intercambio. Entendemos que el comprador lo llevará a su casa y lo consumirá. En este proceso el dinero funge de equivalente y con ese dinero el vendedor podrá comprar más pollos para venderlos, pero este comprador mantendrá en los kilogramos de pollo que compre, la particularidad del valor de cambio y de ninguna manera asumirá su valor de uso. Entonces se ve esta primera contradicción en el proceso de compra y venta.  No toda venta desemboca en la etapa final de proceso hacia el consumo final de la mercancía.  

Si se mira el intercambio de mercancías en una lógica de trueque se notaría que el intercambio de los productos será en razón a necesidades de uso y consumo por las partes, aspecto que no ocurre en el intercambio mercantil y por ello en la modalidad mercantilizada la mercancía manifiesta su contradicción y sus factores excluyentes. Por su parte “el dinero sólo desempeña las funciones de medio de circulación por ser el valor sustantivado de las mercancías. Por tanto, su movimiento como medio de circulación no es, en realidad, más que el movimiento formal de las propias mercancías” (Marx). El dinero en ese sentido solo enajena el valor de la mercancía y puede fungir como mercancía que dé sentido de compra o de venta, esto es que con el dinero como equivalente de intercambio se enajena en trabajo a la mercancía para llevarla hacia la etapa final; su consumo o hacia su reciclaje como valor de cambio.

En este último caso, una mercancía durante el proceso de circulación al ser manipulada en su único fin de valor de cambio modifica el equivalente monetario hasta llegar a su forma de uso o consumo final para materializar el fin del proceso de circulación de la mercancía de consumo. pero no del dinero, el dinero seguirá circulando. Mientras la mercancía está con su forma de valor se mantiene en circulación, esta se retira cuando adquiere la forma de uso, esto no ocurre con el dinero ya que esta, “como medio de circulación que es, mora constantemente en la órbita de la circulación y se mueve sin cesar en ella. Surge así el problema de saber cuánto dinero absorbe de un modo constante la órbita circulatoria”. (K. Marx)

Pensemos en un papel moneda de 100 Bs con una numeración de serie 276415190A, con este papel moneda se hará tantas transacciones como su cuidado y manejo lo permita, pero muchos de las mercancías de diferentes precios que fueron intercambiadas con el uso de este papel moneda o dinero habrán desaparecido del proceso de circulación, y es que con un mismo papel moneda se hacen numerosas compras y ventas y la relación aritmética para entender este proceso Marx lo dispone de la siguiente manera

Suma de precios de las mercancías (A) / Número de rotaciones de las monedas representativas de igual valor (B) = Masa de dinero que funciona como medio de circulación (C)

Desde esta relación se establece qué, si se mantiene constante la Masa de dinero que funciona como medio de circulación, es por qué al haber aumentado la suma de los precios de las mercancías o haber disminuido. también ha aumentado o disminuido respetivamente y de manera proporcional el número de rotaciones de las monedas representativas de igual valor.  El efecto de estos en cierta manera refleja la estabilidad o desestabilidad de la economía familiar desde los impactos o medidas de coyuntura económica de la política pública estatal.

En cuanto a medidas económicas, cuando el número de rotaciones aumenta en mayor proporción a la suma de precios entonces el sistema mercantil saca de circulación dinero y promueve el ahorro, esto en cierta manera ocurrió entre los años 2006 – 2014 en Bolivia, entonces la población podía hacer circular sus recursos y tener al alcance mayores mercancías con valor de uso, es decir de consumo amplio y proyectando una mejor calidad de vida.

Por otro lado, si el aumento de la suma de los precios se da en mayor proporción al número de rotaciones entonces será necesario poner en circulación más dinero. Esto puede logarse con el aumento de salarios o ingresos, pero será a costa de bajar los ahorros y en cierta manera a gastar ahorros. Cuando la desproporción entre estos dos factores es alta el sistema recurre a inyectar dinero en la economía popular a través de créditos blandos, pero, al no ser acompañado de políticas públicas renovadas y acorde a las nuevas relaciones de los factores lo más probable es que el sistema se salve, pero a desmedro o la caída de la economía familiar o pequeños productores o medianos inversores.

En los últimos meses de la presente gestión el Banco Central de Bolivia ha aumentado la masa de dinero circulante, talvez lo suficiente para solventar el número de rotaciones, pero no para controlar la suma total del aumento del precio total de las mercancías, por lo que la masa de dinero que funciona como circulante se hace insuficiente y no cierra con la relación planteada anteriormente, es decir que esta razón será menor a la demandada.

Veamos lo que ocurre en la vida cotidiana en la economía familiar. Actualmente quienes acuden a centros de aprovisionamiento de alimentos, entre otras cosas mencionan que gastan la misma cantidad de dinero, y compran y/o venden las mismas mercancías pero en menor cantidad, esto significa que el número de rotaciones se mantiene, pero los precios de las mercancías aumentan, por lo que la misma masa circulante se muestra insuficiente para mantener constante la masa de dinero que funciona como medio de circulación, también mencionan que ya no compran todo lo que necesitan, ni venden lo de antes  es decir que el número de rotación disminuye, esto es propio para quien disminuyo sus ingresos o su masa de dinero destinado como circulante mermó. Entonces el número de rotaciones disminuye y esto puede ser consecuencia del aumento de la suma de precios, en este entendido se van generando los procesos de desabastecimiento, que afecta directamente a personas con ingreso económicos bajos, pero quienes disponen de ingresos por encima de la media pueden acceder a otros mercados paralelos o no regulados, que finalmente no resuelven la desproporción resultante en la cantidad de masa de dinero circulante. 

De manera general esta relación planteada por Carlos Marx permite analizar el comportamiento de los procesos de compra y venta de mercancías y los productos de la canasta familiar en sus variables de cantidad de masa monetarias en función de medio circulante, los precios de las mercancías y el proceso el número de operaciones de intercambio de mercancía. 

Conclusiones necesarias

·      Desde el abordaje de estos comportamiento económico y político del actual gobierno se puede asumir como predecible que el Estado en su mirada liberal y de libre mercado esté con la necesidad urgente y prioritaria de aumentar la masa de dinero en función de medio circulante a dejando a un lado las medidas concernientes a controlar las suma total del precio de las mercancías, evidentemente el pleno respaldo y palanca favorable a los grupos de poder económico y promovedores de la economías de mercado y libre comercio.

·      Por ahora toda economía planificada en tanto economía regulada por el Estado, regulación de precios y volúmenes de producción, consumo interno, importación y exportación es casi solo recuerdo de la gestión pasada, por lo que la crisis económica arrastrará por mucho tiempo las contradicciones de dos economías políticas contrapuestas, la de mercado y la de planificación social comunitaria.

·      Desde el comportamiento de la economía familiar y una media aleatoria es posible discernir la corriente económica neoliberal prevalente en la función pública y así concluir que está en curso el desmontaje del proyecto económico social comunitario y trazado el horizonte para dar curso a plena privatización del aparato industrial productivo público. Esto es abrir brechas de la industria privada a la comercialización, transporte y explotación de recursos estratégicos.

Finalmente se debe tener en cuenta que toda medida económica responde a una proyecto político social  y que toda demanda social en el proyecto estatal actual será atendida favorablemente si se ajusta a las medidas neoliberales, lo contrario suma a la negación y por ende al crecimiento de la conflictividad social.

Santa Cruz, 5 de noviembre de 2024