A propósito de un artículo del ciudadano críptico
CHALY BÖHRT
Por Carlos Alejandro Lara Ugarte
Carlos Böhrt “generosamente”
nos da la palabra para demostrar lo contrario al argumento que expone en su
artículo “Otra trampa en la Ley de Organizaciones Políticas”, publicado en Página
Siete (https://www.paginasiete.bo/opinion/2019/3/28/otra-trampa-en-la-ley-de-organizaciones-politicas-213332.html).
Le gradecemos este gesto democrático, y vayamos al grano.
Como cualquier otro masista
tomamos el guante del autodenominado ciudadano críptico (a su turno prinista,
emerrista, adenista mirista, en fin….) y lo haremos bis a bis.
Sería ilustrativo que mencione
los contenidos que hicieron intensos los debates de las elecciones primarias, pero
no lo hará ya que el cuerpo principal de los contenidos de la Ley de Organizaciones
Políticas no fue puesto en debate. Lo más difundido fue la repetición “ad
nausean” de la consigna de “Bolivia dijo No”: La intervención de los medios de
comunicación no salieron del esquema
maniqueo entre el Si y el No. Sería más apropiado decir que la reiteración de consignas
y arengas tuvo un carácter predominante, donde implemente se enfatizaba su
antagonismo, y donde la famosa discusión ciudadana sobre la f ley jamás fue inmensa
ni “intensa”.
Los argumentos mediáticos
más serios y supuestamente intensos no pasaron de cuestionar los tiempos y los
cronogramas definidos en la Ley de Organizaciones Políticas, el resto se dio
por aceptado. Cabe destacarse que solo se puso en “debate” las disposiciones
transitorias de la Ley de Organizaciones Políticas. Por lo demás los partidos políticos
participaron activamente desde su registro hasta la conformación de los binomios.
Decir que el procedimiento
de las primarias fue introducido por el evismo, busca escamotear el intenso debate que se dio entre el 2012 y 2017, sobre la ley de
partidos políticos con participación plural y del cual, el mismo ciudadano críptico
fue protagonista.
Böhrt, bajo
la figura de la amnesia táctica (similar a la del General García Mesa), y dueño
de un entusiasmo mitómano, altera los argumentos, sobre todo cuando trata de criticar, desde su
perspectiva, los fines del procedimiento para la selección de binomios
presidenciales.
Primero dice: Insuflarle algo de legitimidad al binomio
masista, cuya deshonrosa habilitación por el Tribunal Constitucional sólo le
había dado soporte jurídico. Bueno, a diferencia de la autocracia
interna que era fama en los viejos partidos políticos, y en el afán de superar
esa vieja práctica, se opta por instaurar niveles de democratización al
interior de estos órganos de poder, a objeto de romper con las estructuras de
dominación y manipulación interna de los partidos.
Segundo; Señala:
“acortar
casi un año el calendario electoral, añadiendo otro obstáculo para las
dispersas fuerzas de oposición, Acaso las elecciones nacionales se
dieron el 2018. Cómo es que entiende ese acorte?
Tercero; Añade: “ entorpecer al máximo el proceso de
tránsito de las agresivas plataformas ciudadanas a la condición de organizaciones
políticas. Resulta risible la candidez del expertiz en
constitucionalismo, y sólo concebible en el género de la política ficción (¡Padre
Orwell, corrígelo!) creer que las plataformas pueden mutar a organizaciones
políticas bajo los parámetros marcados por la Ley 1096. Será que las supuestas
gozan de caparazón legal para constituirse en un partido político dada su
constitutiva naturaleza de mixtura carnavalesca, o será que las cuentas feisbuqueras y
whatsapperas de la fauna cibernética se tienen el peso legal para
institucionalizarlas?
Hasta aquí su argumentación es harto especulativa e
intensionalmente política. En mira, otro curul? Esta vez de Comunidad Ciudadana
o de Bolivia dijo No o, tal vez de UCS? No
pasa de la opinión simplista, sofismas o
construcciones mediáticas sin sustento serio, otra opinión más de las muchas
que divagan por medios de la oposición, en tiempos en que en ciertos sectores,
el contramasismo se ha vuelto una moda.
Sobre los rasgos que rodearon las primarias… vaya
expertos, cuanto trabajo les habrá costado constatar que cuando hay un solo
frente solo se acude a confirmar solitarios binomios: Al menos eso ocurrió con
el MAS, los otros partidos ni siquiera tuvieron la capacidad ni voluntad para confirmar
a sus improvisados, prestados, o enclenques candidatos.
Los cuatro párrafos siguientes nuestro intelectual “críptico”
de nuevo y como siempre añorando el viejo sistema de partidos, se queja como político amateur por que la
norma no dio tiempo para armar el partido. Claro, la improvisación tiene sus
consecuencias, en 13 años de gobierno del MAS, qué concibió, organizó, propuso
o parió el contragobierno?
Finalmente, muestra su desacuerdo con la fecha
fijada de las elecciones nacionales para el 20 de octubre. El argumento de dar
oportunidad a los compatriotas bolivianos que radican en la Argentina es
absolutamente razonable para cambiar la fecha de las elecciones. Esta fecha en
absoluto, ni los tiempos expuestos, desarma la estructura jurídica ni ataca el
fundamento de la democracia intercultural.
Carlos Böhrt I; no es que te ralles así…