Por Carlos Alejandro Lara Ugarte
Argumento vs opinión.
El Tribunal Supremo Electoral
argumentó, es decir, justificó de manera racional y meditada la determinación
de realizar las elecciones nacionales el 20 de octubre y no el 27 del mismo mes. En los opositores esta
determinación afecta a sus mecánicas y
rígidas formas de generar opinión y no así al ejercicio de su derecho como
elector o como elegido. En ese entendido, el problema es de ellos y de ninguna
manera institucional o de cuestionamiento a la independencia de poderes.
Un ciudadano residente en el
territorio boliviano de manera práctica y con simple razonamiento, concluye rápidamente
que una semana después o una semana antes no le afecta su condición de votante y
menos vulnera al derecho de elector o
elegido.
Sin embargo, para un ciudadano
boliviano residente en la Argentina no será
lo mismo emitir su voto el 20 ó el 27 de
octubre, esto debido a que en este país hermano el 27 de octubre de 2019 se
llevarán a cabo las elecciones nacionales. Quién no quiere ver dificultades, en caso de
que el voto de bolivianos en la Argentina tuviese que coincidir el mismo día en
que los argentinos vayan a votar para elegir su nuevo presidente, es sencillamente
un desubicado o para el caso un opositor irracional o miope.
Y es que la opinión opositora
trabaja mecánicamente sobre consignas mediáticas prestablecidas que, para el
caso, se presentan como concepciones ortodoxas, entre las que cabe resaltar:
1. La negación o invalidación mecánica de toda
propuesta o sugerencia del oficialismo, de Evo Morales o del MAS.
2. La deslegitimación y el cuestionamiento de toda
determinación del Tribunal Supremo Electoral referidas al proceso electoral.
3.
La retórica vacua, desprovista de argumentos
sólidos.
Las dos primeras
líneas estratégicas son percibidas diariamente, pero la opinión al margen de
los argumentos debe entenderse como el alma de las Noticias Falsas (Fake News) y, en consecuencia, el trabajo propositivo, con
argumentos y vías reales para el desarrollo económico, político y cultural de
Bolivia es ya casi monopolio de ciudadanos afines al Proceso de Cambio y del
aparato institucional del actual
gobierno. La oposición se auto-marginó de esta vieja y sabia práctica de
argumentar y razonar.
Entonces, desde
hace ya más de 10 años de boca de los opositores solo escuchamos y continuamos escuchando, opiniones
demagógicas, sin argumentos, esto a causa de que su crónica ineptitud los ha llevado
a un estado de atrofia intelectual, carencia propositiva y actitud egoísta frente
al interés de esa mayoría que son los pueblos y naciones que conforman el Estado
Plurinacional de Bolivia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por los comentarios