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jueves, 13 de agosto de 2020

SOBRE BESTIAS HUMANAS Y CIUDADANÍA

 

SOBRE BESTIAS HUMANAS Y CIUDADANÍA

“Este Comité no descansará hasta ver tras las rejas a estas bestias humanas indignas de ser llamados ciudadanos. Colonos que muerden la mano a la tierra que les abre los brazos para que salgan de la pobreza, y pagarán esta tamaña afrenta” ¿Qué pretende el Presidente cívico cruceño Rómulo Calvo al organizar de esta forma una serie de conceptos aplaudidos y aceptados por la Asamblea de la Cruceñidad?  

Buscando explicación de la manera más ingenua y racional al discurso de Calvo se podría aclarar que ninguna bestia puede ser llamada humana, y que ningún humano puede ser llamado bestia. Igualmente si la Constitución Política del Estado dice que la ciudanía se adquiere con solo nacer en territorio boliviano o de padres bolivianos en caso de nacer en el extranjero es claro que nadie deja de ser ciudadano boliviano por actos diversos que realice, menos dejar de ser llamado ciudadano, a menos que se dé una renuncia a esta ciudadanía por parte interesada.

Seguimos explicándonos de manera ingenua y ahora en derecho sobre el discurso del cívico, “Colonos que muerden la mano a la tierra que les abre los brazos para que salgan de la pobreza, y pagaran esta afrenta”. Esto ya  es difícil de explicar objetivamente, pero si nos vamos hacia el campo de la metáfora; nos vemos en la idea de imaginar a la tierra, o Madre Tierra abriendo los brazos a un pequeño agricultor o a un agroindustrial. Nos imaginamos la bondadosa Madre Tierra dando a los humanos lo necesario de ella para producir riqueza, pero por alguna razón estos “seres” que reciben el favor de la Madre Tierra la ofenden, estos que la ofenden, según el cívico  son los Colonos, Para acercarnos a la realidad desde la metáfora acordemos que los colonos son aquellas personas que se naturalizan en un país donde no nacieron o no son originarios del mismo. Entonces no son colonos quienes son fundantes del Estado Plurinacional de Bolivia, es decir que siempre será un exabrupto  jurídico llamar colono a un Ayoreo, aymara, araona, baure, chiquitano, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré u otro miembro de una nación o pueblo indígena originario campesino que haya nacido en territorio boliviano. En cambio podría ser colonos quienes se naturalizaron como bolivianos habiendo nacido en Italia, Francia, Croacia, Yugoslavia, Brasil u otro territorio extranjero.

 

Aclaración necesaria:

En la Doctrina del Estado Plurinacional de Bolivia la Madre Tierra tiene derechos frente a la acción humana; y el ciudadano y los pueblos son sujetos de derechos y garantía constitucionales ante la abstracción de la organización estatal y sus instituciones. Mirando a la inversa la Constitución Política del Estado proclama derechos y garantía para todos los ciudadanos bolivianos en igualdad y sin discriminación de ninguna naturaleza; igualmente dignifica la vida y la naturaleza.

Conclusión

Con lo anterior solo cabe concluir que las declaraciones del cívico cruceño no fue lo que racionalmente se puede entender como acción de civismo y menos de correspondencia en derecho y garantía.

Finalmente es por demás evidente que el contenido discursivo del señor Rómulo Calvo no se sustenta en los principios constitucionales expuestos en el artículo 8 de la Constitución Política del Estado; unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto,  complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.

Y por último, la cita del discurso en mención es éticamente reprochable y racionalmente inconsistente.  

Santa Cruz, 13 de agosto de 2020

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