Por:
Carlos Alejandro Lara Ugarte
Una rápida lectura del libro “El
Fascino Mainstream” de Carle Senso permite tener pautas y criterios de análisis
sobre el comportamiento de la extrema derecha en el marco de la realidad
virtual. Ya es cotidiano asumir que el uso de las Redes Sociales incide, genera
y proyecta poder político, así; el fascismo en tanto ejercicio de poder político,
económico y social transforma la democracia formal en violencia y las ajusta a
las expectativas de poder de la extrema derecha nacional y del mundo.
El fascismo mainstrean crece con la
crisis del periodismo tradicional, desde las noticias falsas y la
desinformación. La cuestionada falta de rigor periodístico ha permitido que las
teorías de conspiración y las narrativas ultra derechistas se difundan más
fácilmente.
El periodismo en crisis y las
noticias falsas hicieron ganar popularidad a miembros de la ultraderecha como Donald
Trump, Jair Bolsonaro, Matteo Salvini y Santiago Abascal, entre otros, y las
noticias falsas propiciaron la caída de Evo Morales el 2019, y buscan aún anular
su candidatura el 2025.
El fascismo mainstream se
ha apropiado o ha hecho uso de nuevas tecnologías digitales para normalizar su
mensaje y expandirse como nunca lo había hecho desde los años 30. Los
representantes de la ultraderecha coinciden,
coordinan y se relacionan en estrategias de poder basada en el aprovechamiento
de las distintas formas digitales, algoritmos y bots (Cuentas fantasmas) para
difundir su mensaje y normalizar sus ideologías. Los algoritmos de las plataformas digitales priorizan el contenido
sensacionalista polarizante y la noticia falsa, lo que contribuye a la irracionalidad
y enajenación de los usuarios.
El fascismo Mainstream, es tendencia
en las redes sociales gracias a la manipulación emocional y la polarización
social promovida de manera interesada y con complicidad de los creadores de
Facebook, Instagram, YouTube, Google y otros, además de la complicidad de
algunos medios de comunicación con cobertura mundial y lógicamente de medios
locales y regionales,
Desde lo que se promueve en las redes
se explica la ruta con la que la extrema derecha se posesiona políticamente
como corriente principal en procesos democráticos y accionares políticos
económicos y sociales, para esto se concibe entonces al fascismo en su ala más
dinámica y de reacomodo o resiliencia histórica. Al respecto son muchos los
momentos históricos actuales que pueden demostrar este hecho, su evolución,
adaptación y uso de estrategias tendiente a consolidar y ganar aceptación y
legitimidad.
Tiene sentido mencionar que los
medios de comunicación a criterio de buscar o fundamentar equidistancia entre
el fascismo y la izquierda o supuesta presunción de cierta responsabilidad
democrática, no hacen más que operar para amplificar las tendencias y proyectar
la divulgación del fascismo y la ideología de ultraderecha.
Finalmente resumimos lo expuesto en
el libro de Senso asumiendo que el Fascismo Maistream crea una red al servicio
del odio, Redes Sociales, nuevos intelectuales colectivos, analistas políticos
que señala como enemigo del pueblo a las clases subalternas y a los grupos
históricamente marginadas. El antiguo anti ateísmo y anticomunismo renace y se
ve complementado con nuevos enemigos como son el Islam a nivel exterior y las
poblaciones LGTBI, activistas feministas e indigenistas a nivel interno.
Contrarrestar al Fascismo Maistream.
Ante a arremetida del
Fascismo Mainstream, Senso propone caminar hacia la alfabetización, sobre todo
en las nuevas generaciones.
La gente debe saber qué
supone darle un me gusta en las redes, pero también lo que puede significar votar
por la ultraderecha.
Es importante la formación
y repensar sobre el rol del periodismo, situarlo de nuevo como un contrapoder.
También es clave impartir
una nueva forma de estudiar la historia, no como un pasado estático, sino en
movimiento. Solo así entenderemos que aquello que hizo posible el nazismo y los
campos de extermino del siglo pasado, son ahora posible a través de las Redes
Sociales, fuente de la que se nutre la ultraderecha.
Santa
Cruz, 26 de septiembre de 2024
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