NOVELA MINIMALISTA
EL ROPERO
UN ESPACIO DE RESISTENCIA Y LBERTAD
PREÁMBULO
La
novela contiene una historia profunda y emocionante que abarca periodos de la
infancia, adolescencia y adultez del narrador. En cierta manera puede
entenderse como un testimonio centralizado en temas de política, represión, libertad y espiritualidad.
A través del Ropero, como recurso metafórico se entrelaza la narrativa personal de una vivencia activa con la historia política de Bolivia.
La descripción del ropero como un espacio de refugio y conexión con lo divino intenta
que el lector asuma criterio ante la adversidad y los valores de fe y
esperanza.
EL ROPERO
El Ropero, llegó desde Chile el año
1948, la especificación de su construcción refería a una madera de nogal y
enchape francés de estilo clásico con influencias góticas y de una sola puerta que
se abre de izquierda hacia la derecha. Las molduras, acorde al enchape, están sujetas
por tarugos y enmarcan tanto los laterales como la parte frontal.
En los extremos superiores tiene puntas
torneadas en forma de conos con esferas intermedias, que a la vista la hacen
más imponente y de mayor tamaño. Al frente y en la parte superior, al medio, la
cara de un ángel tallado a mano y de una altura de 0.40 metros aproximadamente.
Al interior atraviesa una barra
para colgar ropa y una división en la parte superior, adecuada para poner ropa
doblada.
Otra sección del ropero, está en la
parte inferior conformada por un cajón y sus correspondientes canales y topes
para jalar y empujar.
Toda la estructura está sostenida por
cuatro robustas y cortas patas una en cada extremo inferior y también torneadas
con óvalos estructurados en la forma de cono invertido.
El Ropero, desde sus partes
estructurales están adheridos y sujetos por tarugos ajustados a presión.
La lectura de sus dimensiones anota
una altura de 2.50 metros aproximadamente, 1.20 de ancho y un fondo de 0.60 metros.
Con estas dimensiones convencionales
el Ropero ocupa un espacio y tiene una ubicación relativizada en el espacio
interior y dimensionado de mi cuarto, pero el espacio en su interior es
infinito, cabe una totalidad y parcialidad infinita, está ocupado por el
universo, y por ellos, ellos que son con quienes convivo.
PRIMERA VEZ EN EL ROPERO
La primera vez que entré al ropero
fue a los 6 años. Mi abuela me ibtrodujo o a tiempo de decirme – No te asustes-
Y así fue. no me asusté.
Al rato escuché la voz de mi otra
abuela, la de mi abuela por parte de madre, ella enojada reclamaba e increpaba
-
Entrégame
a mi nieto –
-
No
lo haré – fue la respuesta
Más molesta, entró al cuarto, nadie
la detuvo, revisó la cama, revisó bajo la cama, detrás las puertas y los
cuartos contiguos, al no encontrarme se vino directamente a abrir el ropero,
removió la ropa colgada y la que estaba doblada.
Mis sentidos se ajustaron a los
movimientos de mi abuela y no me asusté, tampoco me preocupé, y es que a ninguna
de las dos abuelas las temía, ambas eran fuente de amor y cariño para mí.
Mi abuela seguía removiendo los
colgadores de ropa y yo seguía sintiendo y siguiendo sus movimientos, revisó la
parte superior y hasta abrió el cajón de abajo, yo solo la sentía. No hable ni
dije nada y al rato cerró la puerta del ropero con fuerza y volvió a increpar a
mi abuela
-Dime dónde está mi nieto-
- No te lo diré, él se quedará a
vivir con su padre-
Y así fue.
MI VIAJE POR EL UNIVERSO
Despues, del fallecimiento de la
abuela, mi padre se quedó con el ropero, y en el cuarto. El ropero físicamente dejó
de contener las largas y delgadas polleras y mantas de mí abuela, convirtiéndose
todo esto en solo lindo recuerdos.
A los once años entré nuevamente al
ropero a invitación de ellos. ya adentro uno de ellos me tomo la mano y me
ayudó a cruzar el fondo del ropero,
Entonces en el trasfondo se nos
vino al frene la esfera terráquea
--¿Te gusta? me preguntaron,
Refiriéndome a lo que se veía del planeta;
les dije que sí.
La tierra, se alejó de nosotros y dimos
unas vueltas alrededor de la Luna, de Marte de Mercurio y del Sol.
El Sol nos lanzaba globos de fuego,
y nosotros esquivábamos y seguimos acercándonos y esquivando, entonces me
desesperé, y al sentir esto ellos optaron por alejarnos del sol y volver a la
tierra, retornamos al interior del ropero, me encontraba bastante fatigado, ellos me ayudaron a
salir del ropero y me acomodaron en la cama, y acompañaron mi sueño.
Al despertar vi a mi padre y mi tío
de profesión médico, esposo de mi tía de profesión bioquímica.
-Ya bajó la temperatura- Le dijo mi
tío a mi padre
- Gracias a Dios - Contestó mi
padre-
Mis primos jugaban en el patio de la casa.
MI REGALO DECOMISADO
A lo largo de mi niñez y adolescencia unas cuantas veces ellos me invitaron a entrar al ropero a cantar. Siempre lo hice, les gustaba escucharme cantar y me ofrecieron regalarme una guitarra. Y así fue.
Un día en un cuarto oscuro me dejaron una vieja guitarra de clavijas de madera. Tuve que colar las partes sueltas, barnizarla y comprarle cuerdas. Una vez habilitada ensayé unas notas, aprendí a acompañarme algunas canciones y cantar.
En las noches lo hacía para
despejar cualquier miedo y algunas tardes la tocábamos junto a mi primo, quien
despues integró la orquesta Philips Brass
Una noche llegaron mis primos, mis
hermanos y amigos a mi cuarto, apenas unos meses antes había fallecido mi papá,
las visitas llegaron con cervezas y algunos otros tragos, con ellos trajeron una
guitarra y nos pusimos a cantar y beber,
La guitarra que trajeron era
visiblemente de mejor acabado que la mía, y asemejaba a las guitarras que usan
los artistas, por los opté guardar mi reconstruida guitarra en el ropero.
Desde entonces nunca más pude tocar
mi guitarra, ellos me la decomisaron despues de dejármela por más de 10 años.
ALEJAMIENTO Y REENCUENTRO
El 1980 el General Luis García Mesa,
dio un Golpe de Estado instaurando un régimen de persecución y ejecución de
activistas y militantes de organizaciones populares de izquierda.
Durante un poco más de tres meses
de resistencia activa política y de resistencia al régimen fui identificado junto
a otros compañeros de la Universidad Mayor de San Simón, y me gané un lugar en
la extensa la lista de perseguidos y buscados por la represión fascista.
Para evitar posibles consecuencias
en caso de ser detenido y torturado, gestioné algunos recursos económicos con dos
de mis tíos y mi mamá, y escapé a la ciudad de México.
En mi cuarto quedó el ropero.
A los tres años despues de volver
de México mis primos me los trajeron el ropero a la casa donde yo había
establecido temporalmente mi vivienda, en la zona de Condebamba.
Con el retorno del ropero y la de
ellos a nuestra vivienda familiar volví a cantar junto a ellos, acompañado de
una guitarra comprada en el mercado Calatayud. Pero también cantaba en las
calles, en las fábricas, en las movilizaciones populares y las huelgas de
hambre, en la universidad y muchos acontecimientos de música protesta.
Ellos, los del ropero siempre me
acompañaban. Fueron de muchas maneras los guardianes, vigías y centinelas en
mis actividades político militares y en el cuidado de mi entorno familiar.
En medio de los cantos olvidaron el
agravio de la noche en la que me dejaron sin la vieja guitarra del cuarto
oscuro.
EVADIENDO LA REPRESIÓN
Corría el año 1992, el gobierno de
Jaime Paz Zamora realizó una dura persecución y ejecución a activistas y
militantes de organizaciones político militares que operaban en Perú y Bolivia,
por lo que tuve que hacer vida familiar y política en la clandestinidad.
El régimen puso recompensa por mi
cabeza, con carteles en las terminales de buses y algunas oficinas públicas,
Fuí salvando la situación con apoyo
de compañeros sindicalistas, me moví de casa en casa con apoyo externo, apoyo de
mi esposa y algunos compañeros. Un poco más de un mes me refugie en dos casas.
Era fines de febrero, la represión
dejo de rondar por la casa alquilada y mi esposa se dio medios para trasladar
el ropero a la vivienda de una compañera dirigente de la Central Obrera Departamental.
Por mi parte. con algunas medidas
de seguridad pude llegar a la casa de la compañera y logré meterme en el
Ropero.
Sin salir del ropero pude caminar
por las calles de Cochabamba sin dificultad ni miedo, me transporte hacia otros
departamento y zona fronteriza, pude buscar trabajo y moverme con identidades
diversas, en un poco más de 5 años aprendí a mostrarme con la identidad que
quisiese incluyendo la de origen.
EL PROPÓSITO DE MIS ACTOS
A los cinco años despues del 92, afuera
del ropero la represión dejó de buscarme. Yo seguía en el ropero
Durante mi estadía en el ropero, gobernaron
en Bolivia Hugo Banzer, Tuto Quiroga, Sánchez de Lozada, Carlos Mesa y a partir
del 2006 al 2019 gobernó Evo Morales Ayma.
En cierta manera ver a un indígena
sindicalista gobernando Bolivia y transformando la institucionalidad estatal le
dio sentido y valor a todo mi activismo político, a mis noches de desvelo, a
mis días altamente agitados de acciones revolucionaria en la lucha por mis
sueños de una sociedad sin explotadores ni explotados, y la divulgación de una
sociedad organizada y plena autodeterminación de los pueblos.
El
propósito de nuestros actos es siempre revelados posterior a ellos.
Bajo este criterio sobre el
propósito asumí mi existencia aun cuando la parte inmaterial de mi ser se
inmortaliza en el ropero y mi parte material envejece en lo mundano
Con la dualidad de mi ser
inmaterial y materia en el ropero y fuera de él respectivamente no hay
represión que pueda objetar o impedir que vuele, que pise la luna con la misma
facilidad que piso la tierra, que grite y exponga criterios y vivencias de
libertad, que dé mil vueltas al sol sin que me arda la cara, que pinte en las
paredes o cante a la revolución y al amor. Y siga creyendo, amando y siendo
amado en familia
San José de Chiquitos, 14 de febrero de 2025
Un ropero que tiene su propia historia, apreciado por generaciones y que fue remodelado, recuperando su belleza de antaño y su valiosa utilidad. El ropero, testigo de tantas vicisitudes entre cantos, ideales, amor, desamor, pasión y luchas por un mundo más justo, sin dictaduras.
ResponderEliminarTestigo y protagonista.
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