PARTE VII
Por Carlos Alejandro Lara Ugarte
Ya para ir
completando esta serie de escritos, especulativos y de análisis de la
conflictividad social en el marco de la demanda y el derecho a la protesta es
necesario tomar en cuenta un eje amplio de datos.
Este eje amplio de
datos que refieren a circunstancias deliberativas con diseños estatales
territoriales, poblacionales y constitucionales ocurridas durante el proceso
constituyente.
Los datos dan
cuenta las razones por las que el discurso federalista en Santa Cruz, (En
Potosí con otros matices ideológicos), concibió a las autonomías, como modelo
de construcción institucional para superar las barreras del centralismo sin
agredir en su esencia la unidad estatal del pueblo boliviano, pero superando
las relaciones que sustentaron la república colonialista, neoliberal y de
dependencia.
De hecho, el
proceso deliberativo al interior de la Asamblea Constituyente y del pueblo, en
asambleas territoriales, cabildos y otros eventos de socialización y opinión
del proceso constituyente, llevó a coincidir en la necesidad de generar una
constitución que permita establecer marcos legales para extinguir las viejas
miradas excluyentes y discriminadoras, racistas, coloniales y de ciega
subordinación al poder extranjero.
Pero también en
este debate se evidencio que el proyecto de la autonomía departamental cruceña
en la mirada de sus expositores reproducía el centralismo colonial, neoliberal,
excluyente frente a los pueblos indígenas y las provincias, además de una
apertura al libre mercado y economía capitalista, que por cierto conculcaba los
derechos fundamentales que se estaban incorporando en la Constitución Política
del Estado desde la Asamblea Constituyente. En ese entendido las provincias y
los pueblos indígenas impulsaron y lucharon por las autonomías municipales, las
regionales y las Indígenas Originarias Campesinas.
El Estado unitario
con autonomías no es un regalo de las élites políticas; es por el contrario una
victoria del pueblo boliviano movilizado y organizado desde una agenda de
lucha. Las autonomías en su implementación como todos lo saben es de años y de
permanente continuidad, pero debe quedar claro que ningún proceso autonómico puede
ser concebido si se mantiene las bases estructurales de la República colonial,
es decir si no se transforma las relaciones de explotación, de pongueaje, realiones
patriarcales y si no se trabaja por superar las grandes desigualdades sociales
y territoriales.
Pero también hay
otro campo que el discurso radical federalista llevó a la mesa deliberativa, y
es que las regiones deliberaron visiones de país desde una nueva división
política territorial, esto en razón a su continuidad territorial y afinidades socioeconómicas,
es así que una posible federalización debía definir las unidades federativas, y
desde las provincias y regiones y pueblos indígenas se desestimó que sean los
departamentos concebidos como unidades federativas
El tiempo y las
circunstancias que afrontó el proceso constituyente fue determinante, y muchos
temas no fueron totalmente agotados, y que probablemente muchos constituyentes,
líderesas y líderes saben el alto nivel de complejidad que lleva una nueva
división política, sobre todo por el pendiente que dejo la Asamblea con la
propuesta de creación de nuevos departamentos, que para el caso de Santa Cruz
se dio desde la region Chiquitana, la Guaraní o de los valles y la de Norte. En
esa posibilidad, desde estas regiones se planteó propuestas a la Asamblea
Constituyente de creación de nuevos departamentos. Ocurrieron casos semejantes
en otros departamentos.
Entonces el debate
de las autonomías regionales y la creación de nuevos departamentos es un tema
pendiente, que por su naturaleza la Constitución Política del Estado puede
absorberlas en el marco legal y constitucional, pero es tema de alta prioridad
que mientras los gobiernos autónomos no trabajen por la superación de las
relaciones de desigualdad, discriminación, racismo y colonialismo, se seguirá
culpando al centralismo y dejando rondar compleja y violenta cara del
separatismo.
Consideraciones finales
El conflicto
actual por el Censo 2023 en el que está inmerso la institucionalidad del Estado
Plurinacional y la población, viene abriendo temas que la Asamblea
Constituyente no los ignoró, pero consideró que por su alta complejidad
demandaba madurez y sentido crítico de la realidad geopolítica y social, dada
su larga historia desfavorable y débil vinculación territorial y
socialcomunitaria.
El conflicto ha
reflotado la vieja mirada republicana frente a la plurinacionalidad del Estado
Boliviano. La mirada perversa del republicanismo liberal y neoliberal de los
dos siglos pasados, es contraria a la mirada que hoy se tiene y se fue
construyendo desde las políticas de integración nacional y consolidación de
unidades socioeconómicas de desarrollo económico y humano.
Finalmente
corresponde considerar que en el pueblo la humildad enaltece el orgullo y
viceversa si se actúa con madurez y buena fe, en un amplio marco de
racionalidad y empatía. En el caso del conflicto por el Censo 2023 la razón nos
expone a gritos que esta se realizará el 2024, pero el orgullo demanda el 2023
y la humildad es atropellada por la inmadurez y la mala fe.
Sin embargo a todo
hay algo o muchas cosa que no cuadra en este paro cívico. De alguna manera
algunos pasajes reflejados por la prensa y las redes sociales me recuerda a lo
reflejado en la película “Apocalipsis ahora” dirigida por Francis Ford Coppola.
La
Paz, 22 de noviembre de 2022
PD. Fin de esta
serie de escritos
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