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sábado, 10 de diciembre de 2005

REFLEXIÓN SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESTADO - SOCIEDAD SOCIALISTA EN BOLIVIA EN APOYO AL PROCESO ELECTORAL DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO (MAS)

El Socialismo históricamente puede entenderse como un conjunto de teorías y acciones políticas que definen un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos cuyo objetivo final es el establecimiento de una sociedad sin clases.
El término socialista posiblemente se utilizó por primera vez durante la Revolución francesa y fue teorizada por Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen, todos en oposición al sistema capitalista que lo consideraban un sistema de explotación degradante de la naturaleza humana, generando lujos para unos cuantos y extrema pobreza para los mas.
Con el soporte teórico y práctico de Karl Marx y a Friedrich Engels, el socialismo mostró que el capitalismo era el resultado de un proceso histórico caracterizado por un conflicto continuo entre clases sociales opuestas cuyo resultado mas inmediato se manifestaría en la emancipación de los trabajadores y instauración de un Estado Proletario.
El partido Comunista Alemán, en 1890 consideraba entre su programa estatal una serie de reformas políticas, como el sufragio universal y la igualdad de derechos de la mujer, un sistema de protección social (seguridad social, pensiones y asistencia médica universal), la regulación del mercado de trabajo con el fin de introducir la jornada de ocho horas reclamada de forma tradicional por anarquistas y sindicalistas y la plena legalización y reconocimiento de las asociaciones y sindicatos de trabajadores.
Entre las primera guerra y la segunda guerra mundial los socialistas en Europa pudieron formar o ser parte de coaliciones o gobiernos socialistas. Después de 1945 se concentraron en realizar reformas socioeconómicas factibles dentro del sistema capitalista. Aunque variaban según los países. Las reformas socialistas consideraban en primer lugar un sistema de protección social (conocido como Estado de bienestar) que, protegiera a todos los ciudadanos “desde la cuna hasta la tumba”, y en segundo lugar, la consecución del pleno empleo mediante técnicas de gestión macroeconómica.
En esta época se relacionó el socialismo con la gestión de la economía por parte del Estado y con la expansión del sector público a través de las nacionalizaciones. Aunque los activistas socialistas concebían la propiedad estatal como un primer paso hacia la abolición del capitalismo, las nacionalizaciones tenían por lo general objetivos más prácticos, como rescatar empresas capitalistas débiles o ineficaces, proteger el empleo, mejorar las condiciones de trabajo o controlar las empresas de servicio público.
El Partido Socialdemócrata Sueco, en el poder desde 1932 hasta 1976, entre 1982 y 1991 y de nuevo desde 1994, no recurrió a la propiedad estatal y optó en cambio por controlar el mercado del trabajo y mantener el pleno empleo, a la vez que creaba un sistema de ‘salarios justos’ conocido con el nombre de ‘política solidaria de salarios’.
Ya en América latina se tiene el dato que el partido socialista más antiguo es el argentino, fundado en 1896 por socialistas alemanes e italianos. En Brasil el Partido Socialista se fundó en 1916. En Chile los movimientos socialistas se transformaron en partido político en 1915. El primer diputado socialista del Uruguay fue elegido en 1911. En Puerto Rico, Santiago Iglesias, hermano de Pablo Iglesias, dirigente socialista español, fue elegido diputado en 1917. En Cuba, el Partido Socialista fue fundado en 1910. En México muchos socialistas están incluidos en el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como en partidos de la oposición de izquierdas. En general, y bajo la denominación socialista, obrerista, trabalhista (Brasil), los movimientos socialistas tienen gran importancia en toda la América de habla hispana
PAUTAS PARA ENTENDER LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA EN BOLIVIA
En el mundo europeo, a finales de la década de 1950, se proclamaba que los nuevos objetivos del socialismo eran ante todo la redistribución de la riqueza de acuerdo con los principios de igualdad y justicia social y los partidos socialistas aceptaron la economía mixta, aflojando sus vínculos con los sindicatos y abandonando la idea de un sector nacionalizado en continua expansión. En Bolivia se sentaba las bases teóricas y prácticas para la nacionalización de las empresas mineras de Hothschild, Aramayo y Patiño.
Hacia 1980, en Europa, el proletariado industrial se convirtió en minoría y las nuevas tecnologías agravaron la división existente en sus filas. Los incrementos de la productividad ya no supusieron la creación de nuevos empleos. Por el contrario, estas nuevas tecnologías hicieron posible un mayor volumen de producción en detrimento del empleo, mientras que los sectores en proceso de expansión eran incapaces de absorber a los trabajadores despedidos por culpa de las reconversiones industriales. Considerar, pues, a la clase obrera como una clase universal que prefiguraba un futuro poscapitalista parecía algo cada vez más anacrónico.
En estos años en Bolivia se luchaba contra regímenes totalitarios y dictaduras militares, se habría pasos a la vida democrática y las masas encontraban nuevos rumbos de accionar político – económico.
El Socialismo mantenía su cordón umbilical ligado a la nacionalización de las empresas y al replanteo de un capitalismo de estado.
Así, intentando diagnosticar las condiciones objetivas y subjetivas que nos permitan entender científicamente y llevar adelante la revolución socialista en Bolivia, nos topamos con fuertes limitantes. Una de ellas tiene que ver con la inexistencia de procesos históricos de efervescencia revolucionaria con etapas de ejercicio de poder y de dominio estatal en manos de sus principales gestores.
Lo que se quiere expresar en la última afirmación es que ninguno de los tantos golpes de Estado y sublevaciones populares y campesinas, que se sucedieron en los años del siglo pasado, permitió que campesinos y obreros asumieran el control del estado e instauren la pregonada dictadura proletaria.
La Revolución del 52 no culminó, ni siquiera con una dictadura de corte izquierdista. El régimen represivo y asesino del MNR no fue una dictadura proletaria.
Mas antes, el gobierno de Villarroel, Toro, Busch y los que entran dentro los llamados gobiernos socialistas militares, tampoco lo fueron, y ni siquiera se constituyeron en intentos de la instauración de una dictadura proletaria o de un gobierno hegemónico popular. Lo mismo podemos afirmar de los gobiernos de Ovando y J. J. Torres.
Mas adelante, después de la caída de la dictadura militar de Banzer, la estrepitosa gestión política - administrativa, de la UDP, dio pautas y argumentos reales para entender el sentido y las características del poder, sobre todo en torno a quienes deberían liderizar y quienes podrían ser sus actores principales.
Hasta ahora el socialismo, nos pareció entender a partir de algunas manifestaciones atribuidas al Estado. El socialismo en Bolivia, lo exploramos a partir de la nacionalización de dos empresas petroleras, (Gobiernos de David Toro y Ovando Candia), la nacionalización de las empresas mineras (Gobierno de Paz Estensoro), concesiones políticas y sociales al movimiento obrero - campesino (MNR - Gobierno de J. J. Torres).
El resto de nuestra comprensión ha sido expuesto y diseñado desde experiencias ajenas a la realidad Boliviana (Revolución cubana, nicaragüense, lógicamente toda la orbe socialista europea), sin ponernos a reflexionar que la historia y la composición social boliviana no es la cubana y tampoco es la nicaragüense y tampoco es la soviética o algo semejante a la de los países socialistas del siglo pasado. sin embargo, los esquemas estratégicos de la toma del poder y su ejercicio estatal han sido, por mas de cuatro décadas, el modelo de lucha y de régimen que la intelectualidad socialista boliviana a tomado como referencia en el diseño del modelo de estado socialista que buscamos.
Es importante aclarar, antes de continuar, que las revoluciones y los regímenes socialistas triunfantes y fracasados ha permitido ver con mas claridad el rumbo que el socialismo debe tomar en el mundo. Sin embargo en Bolivia aun existe vacíos históricos, de hechos políticos sociales recientes, que nos pueden segar la mirada certera a la toma del poder y el ejerció del mismo, desde la base social que puede sustentar la construcción de una sociedad socialista; obreros, campesinos y clases medias, debido a claras contradicciones entre los medio utilizados y los fines propuestos.
El socialismo no puede entenderse desde el fortalecimiento del estado ni desde apariciones de condiciones históricas fantasmales, esto significa que no es real su construcción suponiendo condiciones o premeditaciones inciertas. Esto también es una afirmación producto de una reflexión fundamentalmente teórica, claro que con mediáticos sustentos prácticos
Construcción de una Sociedad – Estado socialista
La construcción del socialismo debe responder a condiciones históricas - sociales concretas y estas deben, las condiciones históricas sociales, ser, igualmente, argumento que avale su proceso evolutivo. Por ello es lícito creer, que los procesos evolutivos, descubren dos tipos de situaciones históricos sociales. Las primeras situaciones son las que denominaremos, de esclarecimiento argumental del proceso evolutivo de la construcción de la sociedad socialista, y las otras las denominaremos procesos de construcción en sí, de la sociedad socialista
Cuando Marx respaldaba el advenimiento de la revolución socialista y la instauración del Estado Proletario, lo hacia bajo argumentos basados, en lo que él llamó, el motor de la historia; la lucha de clases o lucha de contrarios. Pues la lucha de contrarios es un principio dialéctico, es una categoría de la dialéctica de la naturaleza. En la lucha de clases podemos encontrar argumentos y procesos de la construcción de una sociedad – estado socialista.
Las situaciones de construcción en sí de la sociedad socialista es un proceso ininterrumpido que pasan por seudoetapas como el despojo del poder de las manos de la burguesía, la transformación del aparatos represivos en aparatos de formación ideológica y práctica, la suplantación del clásico Aparato estatal por organizaciones locales, regionales con funciones que desarrollen el crecimiento material, espiritual y de conocimiento de la sociedad.
En la construcción de una Sociedad - Estado socialista la premisa fundamental debe ser la sociedad socialista y no el estado.
La existencia de una Sociedad Estado socialista es la pauta fundamental para entender que desde un gobierno socialistas se está trabajando para abolir el Estado y transformar las relaciones de explotación y dominación en relaciones de producción comunitaria, equitativa y justa.
Se trata de la abolición de viejas formas de explotación y la aplicación de nuevas relaciones de producción y de intercambio. Por ejemplo, la abolición de formas de explotación no asalariada se va dando poco a poco, en cientos de años, pero es un proceso que ha empezado y sigue avanzando, no se detiene.
Los gobiernos socialistas y los mecanismos de ascenso que utilizan los partidos políticos no son mas que situaciones de esclarecimiento o argumentos que permiten definir el camino hacia la construcción de una sociedad – estado socialista
Quien se cree constructor de una Sociedad - Estado socialista puede optar por explorar estas situaciones, incluso crearlas para entender científicamente las procesos de la construcción de la sociedad socialista.
AYUDAR A CONSTRUIR UNA SOCIEDAD - ESTADO SOCIALISTA DESDE UN ESTADO DE BIENESTAR
Según se acercaba a su fin el siglo, el socialismo —tal y como se hallaba representado por los partidos socialistas— no sólo había perdido su perspectiva anticapitalista original sino que también empezaba a aceptar, aunque con dolor por su parte, que el capitalismo no podía ser controlado de un modo suficiente, y mucho menos abolido.
Debido a su inmovilidad actual, definir el concepto de socialismo presenta numerosos problemas. La mayoría de los partidos socialistas han llevado a cabo un proceso de renovación programática cuyos contornos no son aún muy claros. Es posible, sin embargo, catalogar algunas de las características definitorias del socialismo europeo según se prepara para hacer cara a los retos al presente milenio: 1) reconocer que la regulación estatal de las actividades capitalistas debe ir pareja al desarrollo correspondiente de las formas de regulación supranacionales (la Unión Europea, que contó en un principio con la oposición mayoritaria de los socialistas, es considerada como terreno controlador de las nuevas economías interdependientes); 2) crear un ‘espacio social’ europeo que sirva de precursor a un Estado de bienestar europeo armonizado; 3) reforzar el poder del consumidor y del ciudadano para compensar el poder de las grandes empresas y del sector público; 4) mejorar el puesto de la mujer en la sociedad para superar la imagen y prácticas del socialismo tradicional, en exceso centradas en el hombre, y enriquecer su antiguo compromiso a favor de la igualdad entre los sexos; 5) descubrir una estrategia destinada a asegurar el crecimiento económico y a aumentar el empleo sin dañar el medio ambiente; y 6) organizar un orden mundial orientado a reducir el desequilibrio existente entre las naciones capitalistas desarrolladas y los países en vías de desarrollo.
Los 6 puntos anteriores no dejan de ser propuestas enmarcadas en una sociedad mercantil y de consumo, de relaciones asalariadas de producción y de explotación del trabajo humano. Una sociedad socialista no puede ser entendida desde la protección al consumidor o la simple protección del medio ambiente, sin embargo si puede enmarcarse dentro lo que se ha llegado a llamar estado de bienestar, que no supone otra cosa que inclinar minimamente los intereses económicos políticos y sociales de los países industrializados y de las clases dominantes pensando en dádivas hacia los países no industrializados y de los sectores históricamente marginados y excluidos de los beneficios del avance técnico – científico y de conocimiento de la humanidad.
¿Es posible, en este sentido, entrar en una etapa de construcción de un estado de bienestar?
Muchos diremos que sí y otros que no, algunos escépticos preferirían callar.
La mejor manera de decir sí o no es avanzar hacia la construcción de una Sociedad - Estado socialista.
El objeto del presente escrito es especular sobre la revolución socialista, pero lo hacemos desde una categoría creada en el presente texto para este fin; Sociedad - Estado socialista, y desde sub categorías como esclarecimiento argumental y construcción en si.
La coyuntura actual a creado momentos históricos apropiados para redefinir y precisar viejos y nuevos conceptos teóricos, al mismo tiempo nos permite crear o generar situaciones históricas reales que argumenten la posibilidad de la construcción de una Sociedad - Estado socialista.
¿Por que apoyar al ascenso, al gobierno, del MAS?
Muchos compañeros anarquistas, comunistas y socialistas pensarán que apoyar al Movimiento Al Socialismo, en la actual coyuntura, es apoyar lo que no encaja en nuestro pensamiento y praxis política. ¡Teóricamente así puede verse!. El asunto desde su forma es comprensible ya que de principio nos encontramos ante situaciones que nos ponen “objetivamente susceptibles”. Por un lado el caudillismo de Evo Morales; por otro el velado viraje de Álvaro García Linera y, sumados a estos la heterogenidad ideológica de su militancias y cuadros intermedios de su estructura partidaria, (si es que la tiene).
En cuanto al asunto de fondo, es que, quienes no somos profetas y partidarios de sociedades sometidas a un Estado, a sus instrumentos y leyes, argumentamos desde varios frentes de lucha, que las elecciones nacionales, en la actualidad, no resuelven vacíos de poder y que tampoco son la expresión fiel y necesaria de una sociedad políticamente organizada.
Sin embargo, no debemos negarnos a avanzar y crear situaciones políticas y económicas que nos permitan entender y mirar mas certeramente los comportamientos humanos de nuestra sociedad en su distintos matices y manifestaciones, también políticas - económicas.
Es importante pues, existir buscando datos fieles y claros de nuestras relaciones y de nuestra realidad objetiva y subjetiva para, construir una Sociedad – Estado socialista a manera de comprender el avance y logro de mejores condiciones de una sociedad sin estado y sin clases sociales.
Una gestión corta o larga del MAS en el gobierno podría darnos las pautas y datos siguientes:
· El ascenso del MAS al poder estatal, vía elecciones generales, fracturara la continuidad de mas de 50 años de predominio del pensamiento y la ideología de la Revolución nacional del 52.
· Igualmente nos permitirá entender las condiciones objetivas y las premisas de iniciación, procesos y conclusión de la Revolución Democrática Burguesa (Algunos teóricos, equivocadamente, presumen tener en sus manos el pleno conocimiento y entendimiento completo de la Revolución democrática burguesa) al tiempo de reencaminar alguna tareas inconclusas de la burguesía nacional
· Permitirá a las masa campesinas, obreras y clases medias, organizarse en instancias de resistencia y defensa de sus derechos económicos, sociales y políticos, con un horizonte y con objetivos claros y concretos dirigidos a la construcción de una Sociedad - Estado socialista y su imagen próxima: la sociedad sin clases y sin Estado.
· Agudizará mas las contradicciones al extremo de poner en vitrina un conflicto con características y proyecciones revolucionarias al tiempo de alimentar manifestaciones violentas de la burguesía nacional y el capital internacional. Este es el nudo que debe resolver favorablemente el Gobierno del MAS.
· De cómo actúe el MAS, en el anterior conflicto planteado, dependerá nuestro accionar inmediato, no solo de anarquistas, comunistas y socialistas, sino de toda la masa obrera, campesina y clases medias comprometidas con el bienestar social y la conformación final de una sociedad sin explotados ni explotadores
· Es innegable que se puede repetir algunas circunstancias que no pudo resolver, el gobierno de J. J. Torres l 70 – 71 y la UDP en los años 82 – 84, pero es también lógico pensar que ambas gestiones gubernamentales, objetivamente, carecían de mucho de lo que ahora se tiene. Para empezar, con el ascenso del MAS al Gobierno, se supone una fuerte composición parlamentaria a favor del gobierno socialista, cosa que se carecía el 82. Subjetivamente, igualmente los momentos anteriores al actual, carecían de una fuerte presencia indígena y campesina organizada en torno a un partido, aspecto que nunca antes se dio en Bolivia; presencia intelectual y profesional dispuestos a integrarse a las propuestas y tareas de la Nacionalización de los Hidrocarburos y la explotación de recursos naturales, además de las tareas inconclusas de industrialización y transformación de materias primas.
· En 50 años después de la Revolución Nacional, entramos en un nuevo ciclo de movilizaciones, en condiciones superiores cuantitativa y cualitativamente, negando lo viejo y pariendo lo nuevo. El triunfo del MAS es importante en cuestión de tiempo, avance y consenso internacional, de manera que: tiempo, avance y consenso ayuden a consolidar la independencia nacional y la libre determinación de nuestro pueblo.
· Podemos agregar algunos otros argumentos para mediatizar la tendencia del voto del ala izquierda de la sociedad boliviana hacia el MAS, pero vale optar en última instancia, por el interés científico de la exposición y comprensión real de una sociedad sin Estado, ni clases sociales. Lo que hasta ahora no hemos podido ver a lo largo de nuestra lucha, es el comportamiento comprometido con nuestra propuesta (anarquista) ligado al tipo de sociedad que aspiramos, en los hombre de Estado, activistas, promotores, divulgadores, teóricos y obreros revolucionarios. Apoyemos activamente al MAS, en estas elecciones, para conocer mas de cerca nuevas contradicciones y luchar por superarlas.
Pienso que Evo Morales y Álvaro García son difíciles de ignorar y si vamos a poner nuestra espada sobre ellos, hagámoslo primero dándole nuestro apoyo y no un rechazo que en esta coyuntura es hacerles un flaco favor y fortalecer la consigna del Imperio Norteamericano que promueve la victoria electoral del ex vicepresidente durante el gobierno del dictador Hugo Banzer y que posteriormente fue presidente de Bolivia: Tuto Quiroga (Jefe de la agrupación PODEMOS).
Para terminar con la presente reflexión, muchos ya hemos dado el paso para colaborar al MAS en el proceso electoral, esperamos recorrer y ser expuestos a críticas con el objeto de no dejarnos apasionar, y vencida la batalle electoral atrincherarnos en la filas de la abolición de la clases sociales y la construcción de una sociedad justa, fraterna e igualitaria, con libertar de obra y pensamiento.

Santa Cruz, 10 de diciembre del 2005