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jueves, 24 de septiembre de 2020

“FUE MI PADRE…” VERDAD O MENTIRA

 Por Carlos Lara

“Las Fuerzas Armadas tienen por misión fundamental defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y soberanía del país, asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido,…” (CPE, Artículo 144)

“La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano. Ejercerá la función policial de manera integral, indivisible y bajo mando único, …”  (CPE. Artículo 251)

En noviembre del 2019 el Estado Plurinacional de Bolivia vivió eventos de alta violencia y de inestabilidad institucional donde las instancias del Estado Plurinacional llamadas a conservar la seguridad y la estabilidad del Estado, la defensa de la sociedad y la conservación del orden público  se vieron revueltas en disputas de orden político en contra del Órgano Ejecutivo Nacional.

Las dos instancias estatales; con competencias y atribuciones para actuar en situaciones como las que se vivió  la primera quincena de noviembre del pasado año, actuaron a decir de Fernando Camacho desde un acuerdo privado cerrado por su padre.

“Fue mi padre quien cerró con los militares… igualmente con los policías” dijo Camacho en su círculo político e hizo referencias a compromisos expuesto en el acuerdo. (Se cree que un punto del acuerdo se cumplió con la designación de Fernando López como Ministro de Defensa; el resto se supone de orden económico y distribución de mandos institucionales).

Curiosamente ni las Fuerzas Armadas ni la Policía Nacional se manifestaron de manera oficial, desmintiendo la afirmación de Camacho, y decimos desmintiendo porque es lo que corresponde hacerlo por el Honor de ambas instituciones, no haberlo hecho hasta la fecha es aceptar, para vergüenza ajena, que los mandos superiores y mandos medios de las Fuerza Armadas y la Policía funcionaron como instancias privadas de seguridad y al servicio de quien les pagó más y por ende, suponer que su rol durante los conflictos dejaron de ser constitucionales.

En consecuencia, … el silencio de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana, como referencia política, da el mérito de la caída del Gobierno de Evo Morales a Fernando Camacho, sin que esto en los hechos mismos sea una verdad, sobre todo si los hechos tienen indicios que hacen suponer que fueron las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional conjuntamente con el movimientos cívico cruceño quienes derrocaron al gobierno en noviembre del 2019 y quienes, además sostienen el actual gobierno de transición.   

Por lo anterior las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional deben una explicación a la población, y lo deben en razón al curso de las elecciones del 18 de octubre. Mientras las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no desmientan la afirmación de Camacho, el temor a una nueva acción para derrocar al nuevo Gobierno en caso de que sea el MAS el partido el ganador de las próximas elecciones, estará latente.

Lo menos que queremos los bolivianos para nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, es su silencio cómplice de la efímera vanagloria política.    

Santa Cruz, 23 de septiembre de 2020.