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domingo, 30 de octubre de 2022

A DÓNDE TE LLEVAN SANTA CRUZ?

 ¿A DÓNDE TE LLEVAN SANTA CRUZ?

Por: Carlos Alejandro Lara U. 

Partamos de que los hábitos en las comunidades y las poblaciones pequeñas cambian cuando dejan de ser tales y pasan a ser ciudades intermedias o ciudades principales, con crecimiento demográfico acelerado y/o rol importante para el desarrollo económico, social y político regional o nacional. Casi en consecuencia de lo anterior podemos coincidir en interpretaciones asumiendo que los cambios de hábitos ocurren también en razón a intereses de sus autoridades o a sus influyentes nativos. Al fin de cuentas lo que quiero decir es que  durante los años de desarrollo hacia la modernidad en Bolivia se notaron cambios significativos. Al menos percibimos que las miradas y testimonios de vida que se tenía en los 60 y 70 del siglo pasado ya no son las mismas de hoy, ni en Cochabamba ni en La Paz ni en Santa Cruz, ni en muchas partes  por citar algunas referencias. 

Pero es la ciudad de Santa Cruz la que nos ocupa en el presente artículo, ya que en el departamento de Santa Cruz  es donde percibimos el cambio acelerado y posicionamiento desarrollista y emprendedor de operadores económicos y sociales, que de muchas manera rompieron con hábitos arraigados pero, ahora puestos en otros planos de convivencia. 

El desarrollo urbano cruceño siguió la rutas de las calles de arena a las calles de losetas y de losetas a las de asfalto o pavimento rígido, de las concurrencia a las ventas pequeñas hacia la concurrencia a centros y cadenas comerciales y de las pequeñas pensiones hacia patios de comida transnacionales y diversificación culinaria. Bueno esto se percibe en el centro de la ciudad de Santa Cruz y se expande esta lógica de crecimiento hasta el tercer y cuarto anillo, y claro irá así hasta el quinto y sexto, eso con los años. Sin embargo en los barrios suburbanos y marginales las personas apenas pueden salir en micros y percibir los cambios y beneficiarse de la modernidad, entendiendo que aun la etapa de las losetas ni los centros comerciales no llegó a sus calles o barrios. 

También el departamento de Santa Cruz empezó a conectarse por vía caminera a partir de este siglo y curiosamente las comunidades no son las que más se benefician de este hecho, al menos no más que los agroindustriales, manufactura industrial, exportadores e importadores y comerciantes principalmente. 

Pero a lo que vamos en el presente escrito es a un recuento  de vivencia marcado por el crecimiento, y no sé si las losetas, el asfalto, las carteras o factores sociopolíticos cambiaron el contexto vivencial cotidiano que integraba en comunidad en la puerta el hogar cruceño, donde era parte de la cotidianidad la reunión de los abuelos, padres, madres, hijos, hijas y nietos sentados, para amistosamente mirar la vecindad o recibir a  los casuales transeúntes, visitantes o migrantes. 

La hospitalidad cruceña se reflejaba en aquel grupo familiar reunidos que no dudaba en invitar un café al transeúnte conocido o desconocido, y ayudar a empujar el carretón, la movilidad o dar cobijo para proteger de la lluvia o del calor extremo a quien lo necesitara. Creo que poner en las casas los corredores en el lado de las calles tenía el sentido de protección al transeúnte, proteger al visitante. 

Hoy, la cotidianidad ha cambiado, sobre todo en estos día de Paro Cívico, como en los anteriores, en los paros cívicos. Ahora  ver a familias sentadas jugando a las cartas o tomando un café, duante los paros cívicos, no refleja el ancestral panorama de hospitalidad, hoy en el paro cívico hay que pasar cerca de un grupo familiar o vecinal con los recaudos necesarios para no ser agredidos o insultados, se agrede y se insulta a quien no  detuvo su moto, a quien camina por el punto de bloqueo sin pedir permiso para hacerlo. En el paro cívico se delega autoridad a quien sostiene una cinta o bandera cruceña o bandera boliviana. 

Con el paro cívico aquellas miradas de curiosidad y hospitalidad que reflejaba el grupo familiar de antaño, no es la de hoy, 

Si antes los menores interrumpían sus actividades lúdicas para dar un saludo, hoy en los espacios de paro cívico los menores interrumpen sus juegos para presenciar peleas y enfrentamientos, y tomar parte en los más de los casos. 

Estas dinámicas de aglutinar a familias en los paros cívicos y actos de protesta que interpelan no solo al gobierno central sino a transeúntes, a pequeños comerciantes, ciudadanos de a pie en disidencias con los paros cívicos están cambiando a los cruceños, pero también los está estigmatizando. En los paros cívicos los que se quedan en casa muchos lo hacen para apoyar un paro cívico que lo consideran legítimo, otros por miedo a ser agredidos en los puntos de bloqueo se queda en casa, y otros asumen desarrollar sus actividades cotidianas de manera normal recibiendo o evadiendo actos agresivos. 

Bajo estas consideraciones es casi evidente que el bien común no es lo que está primando es los paros cívicos, lo decimos por sus efectos y consecuencias, y en parte por las misma proyecciones que se tiene, que más que demanda de desarrollo económico centrado en el bienestar común, refleja ser una pelea por posicionamiento político entre dos miradas disidentes y hasta antagónica, pero como en política la disidencia marca la naturaleza de su propia acción, orillar estas disputas a ser siempre resueltas desde paros cívicos es caminar en contra ruta del trabajo y gestión pública a favor del bien común.

El desbloqueo y acción política en contra el paro cívico, por parte de disidentes con el paro, y de muchas maneras es la profundización del antagonismo y la polarización de las relaciones políticas y proyectos de desarrollo económico y social. 

El desarrollo económico desigual de las sociedades  acentúa la brecha entre pobres y ricos, eso lo dicen los manuales de economía política. Sin embargo nuestros manuales de convivencia pacífica nos dice  que la protesta ciudadana a través del paro cívico es un derecho y de ninguna manera un instrumento de posicionamiento y bandera política, ni de agresión o discriminación al disidente. . 

La Paz, 30 de octubre de 2022

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