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lunes, 31 de octubre de 2022

MONOPOLIO EN EL DERECHO A LA PROTESTA

 MONOPOLIO EN EL DERECHO A LA PROTESTA

Por: Carlos Alejandro Lara Ugarte

El conflicto centralizado en el departamento de Santa Cruz, por la fecha del Censo Nacional de Población y Vivienda, abre muchas aristas de análisis, de las cuales iremos tocando algunas de ellas a lo largo de esta semana, y de acuerdo a los insumos recolectados del conflicto, desde lo que se da por conocido públicamente y los acontecimientos que puedan en intensión de antecedente de verdad relativa corroborarse recurriendo, en la medida de necesidades, a mayor información generada en los últimos años con sistematización correspondiente.

Como antecedente que pueda servir al presente análisis, anotamos el criterio vertido en muchas oportunidades que tocó analizar los conflictos cívicos en Santa Cruz, y es aquello referido a  que la protesta social en sus formas de bloqueos de carreteras, desalojos rurales,  y movilizaciones urbanas fueron monopolizadas por el movimiento cívico cruceño departamental y provincial, principalmente en la chiquitanía y el norte cruceño. Esto es que de muchas manera la protesta social en Santa Cruz, (área urbana y rural) es legítima sólo desde el aval cívico, es decir que el movimiento cívico a través de sus operadores juveniles pueden interferir, intervenir o negociar demandas e intereses expuestos en movilizaciones pronunciamientos y otra formas de acción en derecho dentro el territorio departamental.

Sobre el tema, no es exagerado decir que la estructura cívica departamental tiene la capacidad de monopolizar la protesta social departamental en tanto sus actores, sus relaciones y estatuto son parte indisoluble y casi hegemónica en el pasado más inmediato; de un sistema operativo reivindicativo, político, cultural, económico y social, fortalecido desde las décadas de los 60 del siglo pasado, esto en razón a una agenda regional consistente y sostenible como lucha social de largo y mediano alcance.

Ahora el caso es que la agenda regional trazado  desde el movimiento cívico en las décadas del 60, desde la incidencia de la Unión Juvenil Cruceñista bajo el liderazgo de Carlos Valverde Barbery  y otros de la época y posteriores a ellos, en parte se viene cumpliendo y ejecutando de manera acelerada considerando tiempos políticos. En el tema de la lucha por regalías hidrocarburíferas y  propuesta integradoras, caminera y desarrollista en tanto polo de desarrollo industrial, se tiene camino recorrido de manera óptima y próspera.

El tema político y visión de Estado el proyecto de República Federativa es un pendiente para la Unión Juvenil Cruceñista y si bien pasaron por intentos violentos y discursivos, durante el proceso constituyente, la Nación Camba como intento regional independentista basado en la propuesta de un Estado Federal quedó en segundo plano, temporalmente asumiendo un predominio de preferencia nacional que avanzó con las autonomías departamentales, municipales, regionales e Indígenas Originarias Campesinas como punto de consenso y pacto social constituyente.

Es prudente y lícito aclarar que la Unión Juvenil Cruceñista desde sus inicios fue siempre anti centralista y con fuerte influencia y adoctrinamiento partidista de la Falange Socialista Boliviana de tendencia franquista en sus mecanismos de organización política pero con miradas a un Estado Federal, que en momentos más radicales enarboló propuestas separatistas o independentistas.

Con un poco más de recuento analítico de la historia de los periodos de gobiernos militares Barrientos, Ovando, Banzer, García y civiles como Paz Estensoro, Paz Zamora, Siles, Mesa entre otros,  todos con la mirada dominante de gobierno unitario y centralista dotaron de legitimidad movilizadora a las demandas y protestas integrales cívicas cruceñas, pero en ese proceso la dinámica sociopolítica y territorial activó las variables migratorias y el crecimiento y mayor inversión a la industria, para cumplimiento de la agenda cívica cruceña de los 60, y que bajo el criterio de cumplimiento y de desarrollo capitalistas, tanto poblacional como industrial se fueron dando bases y condiciones materiales objetivas y subjetivas primordiales de ejercicio y conformación de un proyecto de poder político regional cruceño.

Saltando más detalles históricos, el caso es que la migración interna hacia Santa Cruz y los nuevos asentamientos humanos consolidaron el proyecto industrial  y el desarrollo de la agroindustria, con el apoyo económico del Estado y el respaldo a la propiedad que nunca fue afectada por la Reforma Agraria.

Y volviendo a la exposición del monopolio de la protesta social ejercido por el Comité Cívico y la acción de la Unión Juvenil Cruceñista, este monopolio desde la mirada de proyecto federal entró en franca disputa con los movimiento sociales, que en el correr del presente siglo asumieron protagonismo en el campo económico, político y social, pero con una mirada distinta y en base al Estado Unitario social de derecho. En muchos casos son estas dos miradas o visones que subjetivamente interactúan en las alianzas y disidencias de las protestas sociales. Es por demás recordar los hechos recientes de des-bloqueos, contra-demandas y contra-movilizaciones realizados por los jóvenes de la Unión Cruceñistas en contra de comunidades interculturales, campesinas, indígenas originarias, organizaciones obreras, vecinales y ciudadanos en disenso con la Unión Juvenil y también los intentos en la lógica contraria.  

Ahora lo que vivimos, es la acción de protesta de estos grupos emergentes en la propuesta social que en cierta manera fueron y son aun  vetados y castigados por el civismo cruceño en su derecho, sobre todo si desde las protestas se exponen demanda a los grupos de poder local, incluyendo la gobernación y municipios.

Para ir concluyendo evidenciamos que el conflicto por la fecha del censo, en su arista de análisis de la movilización de nuevos actores (Movimientos sociales y organizaciones obreras, gremialistas y vecinales) denota que estos nuevos actores sociales demandan mayor participación política e incidencia real en las decisiones del gobierno autónomo departamental y,  autonomía de decisión y respeto a los derechos de protesta hasta ahora monopolizados por el Comité Cívico Pro intereses de Santa Cruz y la Unión Juvenil Cruceñista.

Las nueva movilizaciones y los niveles de enfrentamiento que se den entre los cívicos y movimientos sociales son resultado de una proceso de democratización y lucha de dos visiones de poder regional en los que el Estado a través de sus diversas instancias deben generar respuestas de gestión pacífica a la conflictividad en el marco de sus competencias, atribuciones y garante de derechos constitucionales.

Finalmente, considerar que a lo anterior se suma la percepción de que, la violencia generada y la situación de alta conflictividad en Santa Cruz radica en la postura intransigente de quien fue miembro de la Unión Juvenil Cruceñista, que en razón a lo que se dijo más arriba, es orgánico en el mandato de un proyecto Federal y anticentralista.

En realidad, el actual Gobernador de Santa Cruz es activista y vocero orgánico de un proyecto truncado en la Asamblea Constituyente y que busca expandirse en otros departamento para superar la posición de estancamiento en la que quedó

Al momento queda claro que la protesta social ya no está solo en manos y anuencia del Comité Cívico, de hecho hay otros sectores que lo asumen como derecho constitucional y los hacen en demanda contra el brazo institucionalizado del poder autonómico departamental, y de manera legítima contra al Comité Cívico Pro Intereses de Santa Cruz. .

La Paz, 31 de octubre de 2022

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